Thomas Gillier (Santiago, 28 de mayo de 2004) es un futbolista atípico. A pesar de su corta edad, ha vivido duras experiencias que han ido curtiendo una personalidad poco común en los futbolistas chilenos. En su primera entrevista, el arquero de Universidad Católica, cuenta cómo enfrentó la muerte de sus padres, con apenas nueve meses de diferencia entre el año pasado y este, y la titularidad en el cuadro cruzado, entre otras cosas.
¿Cómo administra esas emociones tan intensas y distintas?
Previo a toda esta seguidilla de cosas, he generado una estructura psicológica que al final me ha permitido desarrollarme de buena manera, sobre todo basada mucho en la aceptación; en entender los procesos de desarrollo; de fluir con lo que está pasando. Entonces, creo que me ha agarrado preparado todo este tipo de cosas. Dentro del desconocimiento, porque son cosas que uno jamás se espera que vayan a pasar, sobre todo en los temas familiares, el hecho de tener algunos conceptos claros, de entender algunas cosas quizás más profundas, te hace al final aceptar la situación.
¿Siempre tuvo una inquietud por la salud mental?
Sí, yo trato de ser lo más completo posible en lo que me compete: la nutrición, el desarrollo técnico, táctico, físico... Me acuerdo de que después del Sudamericano Sub 20, que no me toca jugar, yo sentía que había algo que me faltaba, sentía que había algo con lo que no estaba trabajando. Me empiezo a informar, a leer mucho más, a trabajar con gente de la psicología del club. Siempre me mantuve con psicólogos del club desde muy chico, pero quería profundizar. Uno ve la psicología no como que ellos siempre te van a aportar, sino que uno va en busca de cosas...
¿Cómo fue ese camino?
Cuando uno va en busca de cosas, en busca de hacer preguntas, trata de comprenderse a sí mismo y entender algunas situaciones y hacerse esas preguntas. Al final, de ponerse en situaciones incómodas... Ahí me cambiaron un poquito las sesiones con el psicólogo y la lectura para mí ha sido importante. Cuando te dicen que los libros a veces te generan cambios, te generan muchos cambios...
¿Y qué hay en su biblioteca?
Hay muchos contenidos, un poquito de todo. Psicología, coaching... Busco cómo poder aportar... Cómo poder aportar a mis compañeros, cómo poder liderarme a mí mismo. Y después, desde lo que uno se lidera a sí mismo, liderar al resto. También está mucho el tema político. Me gusta mucho la literatura, las finanzas y el tema económico. Todo para poder nutrirme y culturalizarme lo que más pueda.
Su padre era cientista político, francés...
Toda mi vida viví con mi mamá. Y con mi papá me tocaba de vez en cuando algunas vacaciones, periodos largos de dos o tres meses con él. En la pandemia me tocó estar un gran momento con él en Francia porque logré conocerlo mucho más, logré entender su día a día.
Usted contaba que él fallece en unas vacaciones en Chile.
Exactamente. Él estaba acá en la playa, de vacaciones. Lo habíamos visto el fin de semana y de la noche a la mañana le da un infarto fulminante.
Su madre era artista plástica. ¿Heredó aptitudes en esa área?
De chico, sí. Me gustaba mucho el dibujo, el arte, pero al final me fui más por el lado de la política y el tema deportivo, porque mi papá también fue rugbista en Francia. Jugó en varios equipos, en una época donde el rugby era amateur, pero hoy sería profesional. Además, mi papá estaba muy relacionado con el coaching y fomentaba la competencia entre los hermanos. Y eso fue modelando el espíritu competitivo que tengo hoy en día.
¿Cómo es la experiencia de hacerse cargo de sus hermanos más pequeños?
Como dicen a veces los padres, no vienes con un manual de cómo educar, de cómo criar o de cómo ordenar la casa. Pero dijimos con mi hermano mayor: “Bueno, vamos a organizarnos de tal manera y vamos a sacar esto adelante los dos juntos”. O sea, obviamente que uno tiene apoyo familiar, pero nosotros estamos capacitados para poder asumir la responsabilidad. Al final yo creo que se basa en que los dos somos lo suficientemente conscientes de que nos pasó lo que pasó y de asumir la responsabilidad. Porque muchas veces los jóvenes quieren ser libres y no tomar responsabilidades; yo veo la madurez asumiéndolas. Y creo que es lo que me pasa hoy en el equipo también. Tú ves a un joven de 20 años, pero mientras él sea consciente de asumir el grado de responsabilidad que tiene, va a entender muchas más cosas, va a poder ser mucho más basado a la hora de hablar, va a entender su rol en el equipo...
¿Todas estas situaciones personales también lo ayudaron a entender su camino en el fútbol?
Creo que los hechos personales se ven reflejados en tu personalidad, en tu carácter. Pero sí, yo de una u otra manera me preparé para asumir el rol que hoy estoy asumiendo, que es, independiente de la edad, traspasar a mis compañeros un grado de seguridad, de confianza, perseverancia y, más que eso, también de sobriedad. Muchas veces a los jóvenes se les ve un poco más impulsivos y con un poquito más de ansiedad, y creo que es importante transmitir una tranquilidad; que te miren hacia atrás y corporalmente tú estés tranquilo; que tú converses con tus compañeros y entiendas y te pongas en su lugar... Que al final puedas entender que tu rol hoy en día es el del arquero titular de la Universidad Católica, un equipo grande.
¿Y cómo es ese rol?
Tú tienes que transmitir todo lo que significa ser un arquero de equipo grande: tranquilidad, seguridad, sobriedad, confianza y una cierta estabilidad. Tú tienes que ser lo más estable posible, tanto en las victorias como en las derrotas. Tú te tienes que ver impenetrable, un tipo que esté con prestancia, que sea independiente, que eluda totalmente la presión, porque al final la presión es todo lo externo. Tú tienes que controlar lo interno, esa es la gran diferencia de un equipo grande con un equipo entre comillas chico: su gente, la gente que te presiona. Tú pierdes acá dos partidos y ya tienes a la gente que está... Entonces, ¿cómo te preparas para aceptar eso? Yo asumo esa presión y me encanta.
Muchos jóvenes de su edad sucumben ante las redes sociales. ¿Cómo se maneja en ese tema?
Antes de empezar a jugar, yo me hice preguntas de si es que realmente me beneficiaba y si es que estaba dentro de mi control lo que podían escribir los hinchas. Y no estaba dentro de mi control. Entonces, uno no sabe qué te puede afectar lo que la gente comenta, lo que la gente habla, porque hoy en día es muy fácil; tú con un mensaje puedes decir que una persona te gusta, que no te gusta, pero en lo personal yo no me relaciono mucho con redes sociales, no utilizo redes sociales, porque al final te hacen creer que eres extraordinario cuando eres bueno y que eres el peor de todos cuando no eres tan bueno.
Interesante visión...
Desde ahí, uno necesita mantener un foco de decirse a sí mismo: “Yo tengo claro mis fortalezas, mis debilidades, y tengo que ir a la cancha a entrenar independientemente del resultado del fin de semana, independientemente de si alguien me dijo que lo estoy haciendo bien o que lo estoy haciendo mal”. Tengo que tener claro qué es lo que debo mejorar, cuándo lo tengo que mejorar, cómo lo voy a mejorar. Y después viene todo lo de entrenar inteligentemente. Pero, ¿qué es entrenar de manera inteligente? Es entrenar con objetivos claros, no entrenar por entrenar. Es entrenar consciente de por qué estoy haciendo esto; en qué me ayuda esto, en qué soy bueno, y por qué estoy haciendo esto otro... Hacerse preguntas de qué es lo que uno está haciendo y en qué uno puede mejorar. Yo tengo mis propios objetivos y voy mejorando respecto a lo que quiero mejorar, que es lo que busco de mí, que al final es llegar a la élite.
¿Cuáles son sus referentes en el arco?
Bueno, tengo varios referentes, pero me voy a centrar en tres que comparten muchas cosas en común. Obviamente el referente más grande de Chile, Claudio Bravo; Hugo Lloris e Iker Casillas. Si te das cuenta, al final los tres psicológicamente son muy parecidos. Tipos sobrios, tranquilos. Y más que centrarme en la técnica táctica, que me encanta, tú ves a Lloris con treinta y tantos años jugando, a Claudio con 41 años en la Copa América a un gran nivel... ¿Pero por qué pasa eso? Porque los tipos entienden su cuerpo y se hacen preguntas. Ellos son inteligentes, porque al final están conscientes de cómo entrenan. ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué estoy haciendo esto otro? ¿Por qué estoy más alto? ¿Por qué estoy más bajo? ¿Por qué mi rendimiento es así? Se hacen 200 preguntas y no se trata de entrar en la duda; se trata de buscar la respuesta y su mejor conocimiento, el mejor conocimiento personal.
¿Cómo ve a la UC este semestre?
Estoy muy contento con lo que veo del equipo; veo un equipo que está comprometido y está, yo diría, obsesionado con la idea de ser campeón. Los entrenamientos tienen una intensidad descomunal. El entrenador lo repite constantemente, no hay ningún jugador que tenga el puesto asegurado y hay una competencia altísima, que genera no estar jamás dentro de la zona de confort.
¿Y cómo lleva la competencia con Sebastián Pérez?
Entre los tres arqueros hay una muy buena competencia desde el respeto. Cada uno fluye con lo suyo, Seba es un excelente compañero, porque me ha apoyado cada vez que he jugado. Me trata de aportar en lo que más puede.
El récord de Zampedri parece ser un estímulo más que una presión...
Sí, nosotros estamos más que orgullosos de poder ser parte de este momento. Qué mejor que acompañarlo en esto. Es un ídolo y está presente. Muchas veces alaban a los ídolos cuando ya se van y él está acá. Es un excelente líder, porque aparte de sus objetivos personales, él tiene un objetivo grupal, que es más grande, y que es ser campeón.
¿Se ve alguna vez como capitán de Católica?
Yo siempre digo que el hecho de ser capitán, si bien representa un cierto símbolo del club, creo que uno puede puede liderar sin tener una jineta. Y creo que hay muchos jugadores en este grupo que lo hacen sin tener jineta. Desde el ejemplo, desde cómo me entreno yo, no necesito decir cosas para transmitir. Con el ejemplo, el día a día, llegar temprano, buena alimentación, siempre estar bien en todos los números, un rendimiento regular... Al final, creo que un líder predica con el ejemplo.
¿Qué tan cercano se siente del nivel para ser considerado en la selección chilena?
Me centro en el día a día, en trabajar de manera inteligente. Y creo que todo llega a su debido tiempo. Lo importante es cómo me estoy preparando hoy para que el día de mañana me toque estar preparado para ese momento. Si el día de mañana me toca estar en la Selección, excelente. Y tendré que rendir como tengo que rendir a nivel elite-Selección. Pero hoy me preparo para jugar el fin de semana, para ser seleccionado y para saltar a la elite. Ese es mi foco.
¿Debido a sus vivencias, los jugadores de su edad o más jóvenes le piden consejos?
¿Sabes qué? Es una de las cosas que al final te pone contento, que muchas veces algunos jóvenes se te acerquen. Yo digo jóvenes, pero soy joven también. A veces algunos compañeros del mismo camarín, que son más grandes, se te acercan y preguntan ¿cómo estás haciendo esto? ¿Por qué te funciona esto? ¿Cómo puedo hacer esto? ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cómo me puedo alimentar? Muchos dicen quiero llegar a jugar en Europa. ¿Pero realmente quieres? Es la pregunta que yo me hago. ¿Estás haciendo todo lo posible, todo lo que está en tu alcance, para llegar a ser mejor? ¿Estás haciendo todas las preguntas necesarias para poder saltar a donde tú quieres saltar? Uno constantemente tiene que estar preguntándose cosas. Entonces me gusta mucho cuando hay jóvenes que vienen y me preguntan.
Usted está en una edad donde es normal salir a divertirse. ¿Lo hace?
No, soy de estar en casa tranquilo. Tengo una vida familiar ahí muy tranquila. Me gusta... Soy muy cerrado con mi círculo. Me gusta estar con mi núcleo familiar, con el que tengo extrema confianza. Tengo dos mejores amigos. No tengo más. No necesito más tampoco. Trato de cuidarme mucho, mi alimentación... Jamás salir de noche, porque creo hoy estoy en un proceso en el que salir probablemente muchas veces te quita el foco y estamos peleando el campeonato. Hoy me toca un grado de responsabilidad y también uno es un ejemplo para los niños. Entonces, obviamente que uno tiene que asumir ese rol y que uno está mostrando el ejemplo. No me pueden ver de farra el fin de semana. Yo trato de transmitir lo que soy como persona: una persona tranquila, que se alimenta bien, que se acuesta y se levanta temprano... Voy a dejar a mis hermanos al colegio. Y me encanta, porque vamos conversando en el auto, hacemos un poco de vida familiar y lo paso súper bien. Soy un afortunado de tener la familia que tengo...
¿Y qué me dice de sus hermanos?
Tengo unos hermanos que son brillantes en lo que hacen. Mateo (23) es escritor y estudia sociología. Estudió en París... Sociología, literatura, filosofía y ciencia política. Es un genio. Después tienes a Simón (17), que va a ser economista. Tiene todas las capacidades para serlo. Y después está la Mati (16), que está entre la industria de la gastronomía o la medicina. Una de las dos. Soy un afortunado porque tengo hermanos que son extremadamente inteligentes. A mí me sorprende, porque yo quizás tengo el fútbol para desinhibirme de todo, ya que te hace relajarte, estar al aire libre. Pero ellos tienen el colegio y tienen su círculo y lo hacen impresionante. Me sorprende cómo han llevado la situación.
¿Después del fútbol va a estudiar ciencias políticas?
Hoy estoy en la Católica. Me guardaron el cupo porque congelé. Obviamente en el futuro es importantísimo tener algo más; conocer nuevas cosas, centrarse en política, literatura, ir más allá. Creo que quizás tenemos poco tiempo para conocer todo, pero nos podemos nutrir de más cosas que el fútbol. Hay cosas hasta más profundas que ni siquiera hemos nombrado aquí, como lo místico y lo religioso.
¿Es una persona religiosa?
Soy católico, voy a misa los domingos. No me considero extremadamente religioso, sino que cumplo con mi deber de católico.