No hay nadie en Chile que tenga más méritos que él en el judo. No en varones, por lo menos, hay quién le haga el peso en este arte marcial. Es Thomas Briceño, uno de los deportistas de mayor crecimiento en el país. Por eso se ganó la beca del Comité Olímpico para que luche por su clasificación a Tokio 2020, a la tierra donde empezó su disciplina y, por eso, su nombre es constante en torneos internacionales. El camino a los Juegos Olímpicos comenzó en junio y espera que en estos dos años logre meterse en su segunda cita de los anillo, tras Ríos 2016.
Briceño ha representado a Chile a través de Sudamérica y también en Europa. En mayo último logró el bronce en los Juegos Suramericanos de Cochabamba, donde el judo chileno también cosechó la medalla del mismo metal gracias a Jacqueline Usnayo.
La historia de Briceño, más antigua, está llena de reconocimientos y competiciones por todo el continente. En junio, en el certamen subcontinental específico se colgó el tan ansiado oro. En Lima, en la categoría menos de 100 kilos, Thomas ganó todos sus combates y logró quedarse con el máximo honor.
Luego vino la gira de la selección chilena por Europa, donde Briceño fue uno de los protagonistas. Se estaba preparando para el Mundial donde, aunque acumuló una buena experiencia, pese a que el resultado no fue el esperado, ya que se despidió en segunda ronda del certamen realizadó en Bakú, la capital de Azerbaiyán. Y claro, su acervo lo acrecienta desde los seis años, pues ha dedicado su vida al judo. Los resultados ya están llegando.