En Brasil todo es tristeza y desolación. De qué sirvió la impresionante campaña en las Eliminatorias, con apenas una derrota (ante Chile), los 55 goles a favor y los apenas ocho goles en contra, si ante Bélgica, en el partido más importante de este Mundial, ese juego cohesionado, defensivo y veloz que atemorizó a los rivales quedó reducido a nada o, más bien, sólo a números.
Los pentacampeones del mundo, que habían realizado hasta ayer un Mundial casi perfecto, se despidieron con una amargura que nuevamente despertó los antiguos fantasmas que atormentan al Scratch, con el 1-7 frente a Alemania en la Copa pasada como principal espectro.
"Infelizmente no es lo que queríamos. Dejamos la Copa con una tristeza, lo intentamos hasta el final", aseguró Miranda, capitán de la Canarinha. El central del Inter de Milán es consciente del mal partido que hizo su equipo y ante los cuestionamientos, prefirió, increíblemente, pensar en Qatar 2022: "Perdimos ante un gran equipo, felicitaciones para Bélgica, que sabe aprovechar las oportunidades. Lo que tiene este grupo es que es batallador, joven y que tiene grandes posibilidades de ganar el próximo mundial".
"Tenemos de salir con la cabeza erguida. Es difícil en un momento así superar una derrota, una eliminación como ésta, sabiendo de las cualidades de nuestro equipo (...). Tenemos que ver lo que faltó para mejorar", aseguró Alisson, el arquero brasileño.
El pesar brasileño será latente durante mucho tiempo. Cuatro Mundiales en línea eliminados por equipos europeos parecen casi una maldición para una nación acostumbrada al éxito. Tite confía en que sus números terminarán en "legado" en los próximos años, aunque eso ahora valga muy poco.
El estratega brasileño, pese al resultado, estaba eufórico por lo que vio: "Es muy duro hablar de esta forma, pero fue un tremendo partido ('Puta Jogo', sic). Dos equipos con calidad técnica, impresionante. Con todo el dolor que estoy sintiendo, con toda la amargura, a quien le gustó el fútbol, ve ese partido y sintió placer. Quien está al margen de Brasil y Bélgica, dijo 'qué gran partido'. Oportunidades aquí y allá, triangulaciones, remates, arquero acá, calidad, pivoteos, opciones, transiciones, qué partidazo. Me duele decirlo, pero quien aprecia el fútbol va a decir que fue un gran espectáculo. El dolor se relaciona con perder y caer un partido oficial por primera vez".