Todo o nada: la Roja se juega el Mundial y Ricardo Gareca su continuidad en el cargo

La Selección se mide este martes en el Estadio Nacional frente al sublíder del certamen en busca de conseguir su primera victoria frente a un equipo que está en zona de clasificación directa. De lo contrario, la ANFP buscará un gesto para que el Tigre deje su cargo.
Clasificar al Mundial de forma directa es una utopía y hacerlo a través del repechaje asoma como algo muy complejo, pero todavía es matemáticamente posible. Sin embargo, futbolísticamente, las dudas son múltiples y el proceso de Ricardo Gareca está al borde del precipicio. La derrota ante Paraguay en Asunción dejó seriamente comprometidas las opciones (más de lo que ya estaban) y la victoria ante Ecuador una obligación, tomando en cuenta que luego debe recibir a Argentina, visitar a Bolivia y Brasil y cerrar en casa ante Uruguay.
Lo que se juegan la Selección y su entrenador este martes a las 21.00 es demasiado. Cualquier resultado que no sea la victoria sentencia prácticamente la suerte de la Roja, a cuatro partidos del término de las Eliminatorias. Y si bien los cálculos que sacan en Juan Pinto Durán arrojan que la última opción se podría acabar tras el encuentro ante Bolivia, en dos fechas más, lo cierto es que una derrota esta noche en el Estadio Nacional sería el tiro de gracia a un proceso que ilusionó en un comienzo tras un puñado de partidos amistosos y que por los puntos terminó chocando duramente con la realidad.
Los números del DT son lapidarios: un triunfo, tres empates y seis derrotas en 10 cotejos oficiales. Es decir, un paupérrimo 20% de rendimiento para un técnico que es uno de los mejores pagados de Sudamérica y que hoy tiene a Chile en el último lugar de la tabla. Más encima, en todas las Eliminatorias, el equipo no ha podido derrotar a ninguna de las selecciones que están entre las seis primeras.
Ni siquiera Pablo Milad, presidente de la ANFP, mete las manos al fuego por él. “Vamos a ver y analizar para lo que viene. Tenemos que tirar buenas vibras para el martes, hay que ganar ese partido y ver con la calculadora después; esperemos que haya resultados que aprieten la tabla y no nos alejen”, afirmó tras la derrota en Asunción.
No ganar este martes a los pupilos de Sebastián Beccacece implicaría una conversación entre la dirigencia y el Tigre. El contenido de ese eventual diálogo no es más que buscar una alternativa para terminar anticipadamente el millonario contrato de Gareca. Algo que no se ve sencillo, pues el mismo estratega ha señalado que se aferrará al cargo.
“A estas alturas, de parte mía, dejar a Chile es imposible. La expectativa es dejar algo. Son puntos decisivos. No te podría decir en cuanto a la suma. Lo importante es seguir vivos. Mientras den los números, hay que pelearla”, declaró antes de enfrentar a los guaraníes.

Cabe recordar que el vínculo, que asciende a US$ 2,7 millones anuales, se revisará en caso que se acaben las posibilidades matemáticas de meterse en el Mundial 2026. Sin embargo, si se toma la decisión de despedirlo de manera unilateral, se deberá cancelar los sueldos restantes hasta septiembre de este año. Es decir, la salida anticipada le costaría US$ 1.350.000 a la ANFP. Pero como la situación económica en Quilín es crítica, la intención de la dirigencia es esperar un gesto del entrenador para que no cobre la totalidad de esa abultada cifra.
La misma receta
A pesar de la derrota ante Paraguay, Ricardo Gareca mantiene la misma fórmula de los dos partidos anteriores por Eliminatorias. De hecho, la única modificación que ha ensayado en los últimos días es el ingreso de Diego Valdés por Alexander Aravena. La duda que instala con esa modificación es si el hombre del América se cargará por la banda, con poco éxito, como lo hizo en Asunción o si se centralizará, tal como lo hace en su club.
Mientras que en el duelo anterior, el único cambio en relación al choque con Venezuela fue el ingreso de Felipe Loyola por el lesionado Fabián Hormazábal, lo que demuestra la rigidez del argentino a la hora de armar sus equipos. Es decir, nueve de los 11 que vencieron a la Vinotinto en noviembre del año pasado estarán en la cancha ante la Tricolor.

El seleccionador sigue confiando en su base, a pesar de que haya jugadores pasando por un bajo momento como es el caso de Eduardo Vargas. La idea del transandino es repetir el partido que hizo frente a Venezuela, otro de los rivales directos en la lucha por el repechaje. No obstante, el rival que estará al frente en Ñuñoa es el sublíder de las Eliminatorias y que, si se queda con el triunfo, quedará muy cerca de clasificar al Mundial del próximo año.
Otro de los golpes duro que recibió la Selección fue la baja de Alexis Sánchez por lesión. De todos modos, en los pocos días en que estuvo en buenas condiciones y pudo entrenar con sus compañeros, el técnico no había quedado convencido con su nivel. De hecho, hasta antes de su baja frente a Paraguay, existían muchas dudas de su titularidad.
Así, con un camarín golpeado desde lo anímico y la amenaza concreta de sentenciar anticipadamente su eliminación, la Roja va por una victoria que al menos le permita estirar la agonía.
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