En realidad, creo que no hay un prototipo de cuerpo perfecto para un triatleta. Para este deporte, la verdad es que importa poco si la persona es gorda, flaca, magra o sin grasa… Para poder terminar una carrera como el Ironman de Pucón, más que un cuerpo perfecto, debes tener una mente perfecta. Todo está en la cabeza y en la preparación, no en el biotipo.

Obviamente hay cuerpos que marcan diferencias. Cuando he estado delgada y sin excesos de grasas me he sentido mucho más liviana. Pero todo varía. Los delgados corren bien, las personas con un poquito más de grasa se sienten mejor en la natación y la gente con mayor musculatura en las piernas pedalea más fuerte en la bicicleta. Es así, pero la clave va más allá de tener un cuerpo perfecto para esta disciplina. Es encontrar el equilibrio ideal para rendir bien en las tres etapas.

Hace siete años, cuando recién comencé en el triatlón, mi cuerpo era totalmente diferente al que hoy tengo. Practicaba hockey, por lo que tenía mucha más masa muscular en las piernas y los glúteos. En cambio, cuando me inserté de lleno a este nuevo deporte, mi cuerpo fue evolucionando año a año y de manera impresionante comenzó a disminuir la masa de mis piernas. Fui encontrando así mi propio cuerpo ideal para este deporte.

En realidad, el prototipo perfecto del cuerpo de un triatleta no existe. Lo importante es estar lo más entrenados y listos para la competencia en todas sus áreas. Si lo consigues, ya encontraste tu cuerpo ideal.