Carlos Caszely se ha declarado un admirador de Leonel Sánchez. Uno es considerado el máximo ídolo de Colo Colo. El otro, el referente más importante de Universidad de Chile. Sin embargo, el respeto por la trayectoria del otro derribó todas las barreras. Y el genuino cariño que se profesaron se prolongó por toda la vida.
El 25 de abril es un día especial. En una jornada como esa, en 1936 nació el exdelantero laico, quien en 1962 se consagró como el goleador del Mundial que se organizó en Chile, en el que la Roja obtuvo el tercer puesto. En ese torneo, Sánchez se transformó en la leyenda que luego redondearía con sus actuaciones en el club que marcó su vida, más allá de que en el cierre de su trayectoria también celebró un título con el Cacique.
El homenaje
Caszely evoca, precisamente, la crucial participación de Sánchez en la cita planetaria que se organizó en el país para valorar su trascendente aporte. “Le quiero hablar a la gente más joven. A esa que no pinta canas, como pintamos nosotros. A esos viejos que saben entender lo que es el fútbol, que es un juego”, introduce el Rey del Metro Cuadrado, antes de entrar, derechamente, en el tributo.
“Éramos muy niños cuando se jugaba el Mundial del 62, aquí en nuestro país, en Chile. Estábamos sentados bajo un parrón, mirando el partido que se realizaba en Arica, Chile-Rusia, cuando de repente hay una falta en la entrada del área. Se para Leonel Sánchez. Pierna externa, borde externo y le hace un gol mágico a Lev Yashin, el mejor arquero del mundo en ese momento”, detalla, respecto de una jugada que se transformó en un recuerdo imborrable.
Luego, da paso a la emoción del momento. “Todos gritamos, todos saltamos. Cuando terminó el partido, nos fuimos a la calle, a la plaza, como pelusas que éramos. Todos queríamos ser Leonel. Me acuerdo de que gané la pulsada, como capitán de ese equipo y les dije ‘todos sin el zapato derecho’. Extrañados me miraron. Como preguntando el porqué. ‘Porque todos vamos a jugar con el pie izquierdo. Todos seremos Leonel Sánchez”, recuerda.
“¿Qué niño de este país no quiso imitarlo? ¿Qué niño de este país no quiso ser el viejo y querido Leonel? Un hombre humilde, íntegro. Un hombre, de verdad, querido por todo el mundo. Era el jugador que todos queríamos ser. El que veía entrenar cuando yo era un niño y aprendí a quererlo como a un hermano mayor. Lo abrazo como siempre lo hice. Lo abrazo, como siempre lo hice y siempre lo haré. Por eso, a la distancia y hacia el cielo, un saludo para el gran, gran Leonel Sánchez. El viejo y querido Leonel”, concluye, exhibiendo una obra de arte que los muestra en su etapa de adultos.