Bastó el término del partido frente a Universidad Católica para que el técnico Gustavo Álvarez soltara una bomba tras la repentina lesión de Ignacio Tapia en el calentamiento, lo que obligó al DT a alinear de emergencia al juvenil David Retamal. El entrenador no se guardó nada y se lanzó directamente contra el lastimado zaguero.
“Tenemos que ser más cuidadosos con eso. Tapia arrastraba una molestia desde ayer, que me enteré en el momento del partido. Tenemos que ser más cuidadosos con eso puertas adentro”, expresó el técnico en conversación con TNT Sports. “Me sorprendió y me molestó”, disparó, luego de que la situación le obligara a cambiar el esquema en el fondo, lo que además fue bien aprovechado por los cruzados que les quitaron el invicto a los azules en el torneo.
Luego en la conferencia de prensa, el entrenador continuó con ese análisis. “Hubiera esperado un procedimiento más prolijo a enterarme antes. Es una situación que tendremos que resolver puertas adentro”.
“David (Retamal) se enteró cinco minutos antes de jugar. Si bien entrena para jugar en esa posición, la mente del futbolista que va de titular respecto del que va al banco es competitiva, pero no es la misma. Nosotros habíamos entrenado otra cosa”, lamentó.
Las responsabilidades
La situación indignó al técnico, sobre todo por la manera en que se manejó internamente el asunto tanto por el cuerpo médico como por el jugador. Álvarez, en todo caso, evitó profundizar directamente en los responsables de esa desprolijidad. “No importa quién, pero me sorprendió y me molestó”, fue la seca respuesta del estratega.
En el camarín hubo una dura reprimenda del entrenador por este episodio, según pudo indagar El Deportivo. En ese sentido, el estratega le hizo ver a Tapia la gravedad de la situación. Fue duro y enfático en que un hecho así no puede repetirse. Mientras tanto, el gerente deportivo Manuel Mayo se encuentra recabando antecedentes de lo sucedido para que ver dónde estuvo la falla y para que no se vuelva a repetir. “Todos se echan la culpa”, cuentan desde el cuadro laico. El DT quiere escuchar las explicaciones del propio jugador y del cuerpo técnico para saber qué terminó alterando su plan inicial.
En tanto, Tapia se recupera de la molestia muscular sufrida. Sin embargo, su regreso a las citaciones no parece algo cercano todavía, debido a que además es reincidente por otras razones. De hecho, en abril pasado el defensa se quedó fuera de la citación ante Unión Española, debido a que llegó tarde a un entrenamiento.
En aquella oportunidad, el nacido en Concepción se presentó 30 minutos después del inicio a la práctica. Por lo mismo, tanto Álvarez como sus compañeros quedaron asombrados y esperaron las explicaciones correspondientes.
Las mismas que llegaron casi de inmediato: Tapia aseguró que pasó una mala noche por una enfermedad que aquejó a su perro, con quien vive en un departamento en Santiago. Pese a que le entregó los cuidados necesarios, la situación empeoró y el futbolista tuvo que ir con el animal a la veterinaria para una consulta de urgencia. Todo esto, según el jugador, alteró sus horarios de descanso.
Más allá de la justificación, el entrenador le reprochó que no lo había llamado para avisarle lo que estaba sucediendo. Su indisciplina, de paso, marcaba un mal precedente para el resto del equipo. El defensor tuvo que ver el partido desde las gradas.