Tomás Aránguiz da la vuelta al mundo. El volante de Magallanes se lleva todos los reflectores tras anotar un verdadero golazo ante Everton. Es, sin dudas, el mejor del curso de la Copa Chile. Algunos, más osados, ya se adelantan en postularlo para el Puskás, premio entregado por la FIFA para la mejor anotación del año.
Corrían diez minutos del duelo de ida en las semifinales de la Zona Centro Sur del tradicional certamen criollo. El cuadro carabalero se imponía por la cuenta mínima sobre Unión Española cuando vino una genialidad del mediocampista.
Aránguiz tomó el balón metros atrás de la mitad de la cancha. Con calma, levantó la cabeza. No tenía presión ni jugadores encima, pero nadie imaginaba lo que terminaría haciendo. Ahí, sin mucho recorrido, sacó un increíble remate directo al arco.
La pelota viajó más de cincuenta metros e ingresó en la portería, a pesar de los intentos del joven Martín Ballesteros. Ingresó por el único lugar que no pudo tapar el arquero en su retroceso. Fue una anotación increíble, que sacó sonrisas y aplausos entre los asistentes que llegaron al estadio Municipal Luis Navarro Avilés de San Bernardo.