Luego de altibajos en su tercera temporada con Everton, Javier Luis Torrente (51) se toma un respiro, un descanso. No lo echaron ni se fue a la mala, dice. Advirtió al club de un mal funcionamiento y llegó a un acuerdo para abandonar el trabajo y renunciar al salario que tenía comprometido. Por lo mismo está tranquilo a días de salir de un club al que le guarda amor. En su serenidad atiende a La Tercera para repasar su estadía y crisis en el elenco ruletero.
¿Cómo han sido sus días tras salir de Everton?
Muy tranquilo. Mucha paz por la decisión tomada. Creo que era necesario este recambio. Nosotros tomamos el equipo en 2018 en descenso, a siete y a nueve puntos de los dos últimos perseguidores para poder salvarnos. Luego vinimos en 2019 cuando estábamos a un punto de la zona de descenso. Y bueno, en este momento era necesario un recambio dejando al equipo a tres puntos de la zona de clasificación y a cinco o seis de tener que complicarse en la zona baja de la tabla. Cuando uno siente que el mensaje no está llegando con claridad conviene ofrecer el cargo a disposición para no enredarse y complicarse. Después de la cuarta vez que ofrecí el cargo decidieron aceptar porque confiaban en mí, porque venía advirtiendo la necesidad del cambio.
¿Cómo describe su estado de ánimo?
Tranquilo por dejar al equipo en la zona media de la tabla. El que asume tiene aire para poder pelear en la parte alta de la tabla. Me deja tranquilo la decisión tomada.
¿Realmente fue común acuerdo o hay más razones?
Escuché en un medio que decidieron cesarme, y eso no fue un despido. Yo desde el partido con Palestino cuando retornamos de la pandemia y nos tocó caer derrotados de visitante fue la primera vez que ofrecí el cargo. En otras ocasiones lo volví a hacer a pesar de tener el convencimiento de la dirigencia de que podía revertir esto. Yo apretaba y el equipo respondía cuatro partidos, después volvía a caer. Volvía a apretar y respondía tres partidos. Uno iba viendo que el mensaje de uno necesitaba renovarse. Lo más inteligente y sano para todos fue que se descomprima y que buscaran un nuevo entrenador.
¿Los jugadores estaban con usted?
Eso no es muy importante decirlo. Las cuestiones de la intimidad del grupo prefiero dejarlas en la intimidad. Cuando uno ve que las riendas las lleva uno y que el mensaje llega, tiene mejor ánimo de seguir adelante. Cuando uno ve que el mensaje no llega, es momento de tomar decisiones. Creo que la que tomé fue la correcta para todo el mundo.
¿Por qué no llegaba el mensaje?
Hay características. A veces hay entrenadores que tienen más temperamento, otros menos. Hay determinados entrenadores que entran mejor en unos grupos y otros entran mejor en otros grupos. Por qué llega o no llega el mensaje es determinante. Lo importante es que uno se dé cuenta de que el mensaje que uno propone no tiene toda la aceptación y poder liberar al grupo de eso. Acá lo más importante es la institución.
¿Era muy difícil el camarín?
Yo creo que no hay camarines difíciles. Creo que uno empalma o no con el camarín. Eso tiene que ver con cuestiones que van más allá de si es difícil o no. Va con las personalidades. A veces uno empalma con determinado tipo de camarín o con otro, eso no lo hace ni mejor ni peor grupo o entrenador.
¿Tiene autocrítica?
La campaña fue media, que alternó buenos y malos resultados. Creo que algunos partidos que pudimos haber ganado se nos escaparon habiendo merecido obtenerlos. Si juzgamos nuestra campaña como mala, qué tendríamos que decir de la campaña de Colo Colo o de los últimos. Lo nuestro fue una campaña de mitad de tabla, con altibajos, regular.
¿Hay errores ajenos a su cuerpo técnico?
Los errores que hayan estado fuera de mi cuerpo técnico no somos nosotros quienes tengamos que decirlos o hablarlo. Hicimos lo máximo por la institución. Cuando no se dieron, ofrecimos el cargo y estamos tranquilos con la decisión.
¿Qué pasaba si seguía?
No lo sé, por eso es bueno ver las cosas antes de tiempo. Si el equipo me necesita siempre voy a estar para esta ciudad y equipo. Tengo buena relación con Pedro Cedillo y con el grupo en México. Tengo un aprecio que va más allá de un puesto de trabajo. Cuando uno siente que cumplió un ciclo es mejor no atornillarse a un puesto. Tiene que quedar claro que fui yo el que propuse y expliqué el porqué era momento de un cambio, y qué bueno que la dirigencia lo entendió.
¿Se fue con buena relación con Johnny Herrera? En un momento lo comparó con Sampaoli.
Agradezco esa comparación en su momento. Con él nunca tuve un problema. La relación que conservo o no con él la guardo en la intimidad.
¿Se equivocaron al dejar partir a Patricio Rubio?
No creo que haya sido importante su salida. Había jugado nueve o diez partidos y había convertido dos goles. Llegó una oportunidad para él y me parece lógico que la haya tomado. Si usted me dice que me sacaron un delantero con diez goles, yo le hubiese dicho que sí.
¿Fue un antes y después su episodio contra las sillas? ¿Marcó su relación con el equipo?
No. Lo que creo que marcó mucho la relación con el equipo fue que a mí nunca me habían convertido seis goles, y tampoco acepto la manera en que perdimos el clásico. Eso me dolió por la gente y por el equipo, y decidí en ambas ocasiones poner el cargo a disposición.
Se molestó con el desempeño de sus jugadores entonces…
No, el desempeño de los futbolistas tiene que ver con la relación de llegada que tiene el entrenador. Los futbolistas no son responsables. Creo que cuando un equipo camina y tiene buen andar es el entrenador el máximo responsable, y cuando las cosas no salen hay que liberar de responsabilidades al equipo
¿Qué se le viene ahora?
Descansar y esperar una nueva oportunidad. Ahora descansar es lo más importante. Fue un año largo, de pandemia, difícil para todos.
¿Le gusta Chile para seguir dirigiendo?
Sí, Chile es una plaza hermosa. Siempre me sentí muy cómodo con la gente y con la institución que me tuvo. Cobreloa y Everton.
¿Alguna opción de volver a trabajar con Bielsa?
No, por el momento no hay nada de eso.
Roberto Sensini lo reemplazará en Everton.
Es una persona conocida, tanto él como su ayudante son conocidos míos. Deseo que le vaya bien como buen evertoniano. Creo que es muy liberador desearle lo mejor al club, a los futbolistas y al nuevo entrenador.
¿Qué le aconseja?
Lo que tenga que hablar lo hablaré en privado. Lo más importante es que a Everton le vaya bien, que el hincha se sienta conforme.