Decepcionante el Tottenham. Una vez más, los Spurs sucumbieron ante la presión y fallaron cuando menos debían hacerlo. De local, cayeron por 1-3 ante un sorprendente Wolverhampton, que no bajó los brazos y terminó tumbándolos en el segundo tiempo.
Parecía una jornada fácil para el cuadro de Mauricio Pochettino, luego de que la apertura de la cuenta llegara de manera temprana gracias a un golazo de Harry Kane de larga distancia (22').
Sin embargo, en vez de seguir presionando y aumentar la ventaja, el Tottenham se desinfló. Cedió en la posesión del balón y los Wolves, un equipo práctico que saca provecho de las displicencias del rival, no desperdició la oportunidad.
La remontada inició con un cabezazo potente de Willy Boly a los 72', tras un córner. El gol le dolió al cuadro del argentino, en el que figuras como Erikssen y Son no aparecían. Pero a los 83' vino el golpetazo, el que silenció a Wembley e hizo reaparecer los fantasmas que siempre rondan al Tottenham. Fue Raúl Jiménez, que recibió en la entrada del área y remato, casi sin espacio, ajustado para que Lloris no llegara.
Los Spurs fueron con todo en busca de la remontada, lo cual dejó varios espacios en su defensa. Como era de esperar, Hélder Costa amortizó aquel regalo para sellar el 1-3 final con una sobria definición ante el arquero francés.
Así, el Tottenham queda en riesgo de perder el segundo lugar luego de solo una fecha de haberlo conseguido, si es que el Manchester City vence al Southampton como visitante. Sin embargo, no es lo peor: si el Liverpool derrota al Arsenal, quedarán a nueve puntos del líder.