Finalmente, Natalia Duco fue sancionada por dopaje. Debieron pasar siete meses, desde que se dio a conocer su positivo por GHRP-6, para que la multicampeona sudamericana del lanzamiento de bala recibiera el golpe más duro de su carrera: el destierro de las pistas. Así lo decidió el Tribunal de Expertos en Dopaje (TED), que determinó castigarla por tres años, asumiendo su culpabilidad. La pena comienza a partir del 19 de abril de 2018, el día en que se tomó la muestra.
Fue el 12 de julio cuando se le notificó de su resultado analítico adverso, justo un día antes de competir en la Diamond League de Rabat, en Marruecos. Estaba allá, en el norte de África, cuando se enteró de que el laboratorio de París (con quien la Comisión Nacional de control de Dopaje mantiene convenio) detectó la presencia del péptido en una muestra de orina. La sustancia provocó en ella diversos beneficios deportivos, como la estimulación de la secreción de la hormona del crecimiento, el fortalecimiento de los ligamentos, la pérdida de grasa e, incluso, mejoras en el sueño; la pócima milagrosa, a todas luces.
Por ello es que, desde el principio, su defensa entendió que solicitar la apertura de la contramuestra no tendría mayores beneficios, sino todo lo contrario, pues la presentarían como rebelde ante una falta flagrante. Fue el destacado estudio de abogados Bofill Mir & Álvarez Jana el que asumió su defensa probono, a cargo de Rodrigo Gil y Andrés Jana.
De ahí, una seguidilla de conversaciones se encaminaron para definir la línea de defensa, en la que se sumó al prestigiado buffete valenciano Ruiz-Huerta & Crespo, expertos en derecho deportivo y con vasta experiencia en casos de dopaje. El estudio, dirigido por Juan de Dios Crespo, el mismo que defendió a Paolo Guerrero -sancionado por presencia de cocaína- para permitirle disputar el Mundial de Rusia 2018. Eso sí, quien llegó a defenderla a Chile fue Enric Ripol, aunque no pudo participar de los alegatos ya que no estaba habilitado para litigar en el país.
De esta forma, el atletismo chileno pierde a su principal protagonista. El exilio deportivo de Duco continuará hasta el 2021. Ni Juegos Panamericanos ni Mundial de Atletismo podrá disputar se borra de todo, mucho menos los JJOO de Tokio 2020.
Eso sí, el TED decidió no quitarle su cuarto oro en Juegos Odesur, donde impuso un nuevo récord (18,15 metros). Tampoco se borraría su récord nacional, de 18,97 metros. Ahora, corresponde a Federación de Atletismo de EEUU (USA Track and Field) y a la Federación Atlética de Chile, si lo estiman procedente, anular el récord nacional obtenido por la deportista en Fort Lauderdale. En cuanto a su oro en Cochabamba, es Odesur quien tomará la decisión de quitárselo o no.
Pese a ser castigada por una sustancia anabolizante, los tres años de sanción difícilmente representan una última oportunidad para la deportista. Santiago 2023, todas luces, serán su redención.
El ocaso de Natalia Duco comienza hoy, de la peor forma.