En 1953 coincidieron en la liga hispana por primera vez tres futbolistas chilenos: Jaime Ramírez y Andrés Prieto en el Español (Espanyol) de Barcelona, y Francisco Molina en el Atlético de Madrid.
Solo había dos cupos en cancha para extranjeros y el francés Marcel Domingo era el arquero titular en el Español, de modo que en un comienzo Ramírez y Prieto alternaban en la formación del entrenador argentino Alejandro Scopelli, el Conejo.
Francisco Molina Simón, Paco, nació el 29 de marzo de 1930 en Suria, Barcelona. Con su familia se embarcó en el Winnipeg, huyendo de la Guerra Civil Española, y llegó a Valparaíso en 1939. Se nacionalizó chileno tres años después. En 1949, debutó en Santiago Wanderers como puntero derecho. Por la selección nacional fue centrodelantero en el Sudamericano de Perú 1953, allí se constituyó en el máximo anotador con tres a Uruguay, dos a Ecuador, dos a Brasil y uno a Bolivia. "El scorer fui yo, pero los goles se los debo a René Meléndez", señaló. En pleno torneo fue contratado por el Atlético de Madrid, club en el que actuó tres temporadas, disputó 58 encuentros y convirtió 33 goles en la liga española, más otros nueve partidos y siete tantos en la Copa del Rey. Lo más llamativo del juego de Molina era su pegada al balón y que en el área hacía fácil lo difícil. Su ídolo era Alfredo di Stéfano, "por técnica, temperamento, resistencia, visión de la cancha, personalidad, velocidad y potencia". Fue campeón en Audax Italiano 1957 y Universidad Católica 1961. Ya como conductor, defendió a Unión Española y Coquimbo Unido.
Jaime Ramírez Banda, Chico, nació el 14 de agosto de 1931 en Santiago y falleció el 26 de febrero de 2003. Su padre, Aníbal, fue arquero de Chile en la Copa América de Uruguay 1924. Jaime fue un adelantado a su época, jugaba en las dos puntas y le sobraba fútbol para retrasarse al mediocampo. Estudió comercio hasta quinto año y le faltó titularse de contador, pero era muy hábil para negociar sus contratos y quedar con el pase en su poder, lo que llevó a que fuese una golondrina del fútbol. Formado en Badminton, pasó a Universidad de Chile, estuvo en tres etapas en el club azul, otras tres en el fútbol español, defendió a Colo Colo, O'Higgins, Racing de Avellaneda, Audax Italiano, Huachipato, Palestino y Unión San Felipe. Destacó en la Copa del Mundo 1962 y marcó goles ante Suiza e Italia. Fue campeón con los albos en 1956 y con los aconcagüinos en 1971.
Andrés Prieto Urrejola, Chuleta, nació el 28 de diciembre de 1928 en Santiago. Se formó en Universidad Católica y dio la vuelta olímpica en 1949. Jugó tres sudamericanos (Ecuador 1947, Brasil 1949 y Perú 1957) y actuó en la Copa del Mundo Brasil 1950 ante España y Estados Unidos (un gol). Estuvo medio año en el Vasco de Caracas, donde lo llamaban "catire" (rubio). El mayor elogio que cosechó en España fue en diciembre de 1953, después del partido Real Madrid 4- Español 3, en Chamartín (actual Santiago Bernabéu), cuando una revista lo llamó "el cuarto grande", detrás de Ladislao Kubala, Di Stéfano y el holandés Faas Wilkes, del Valencia. Al regreso de Europa, logró el título de Ascenso con los cruzados en 1956.
Prieto protagonizó incontables anécdotas por su personalidad ingeniosa y un temperamento que lo hacía pelearse con los rivales, los compañeros y los árbitros. En una concentración del seleccionado chileno, Prieto era uno de los más dormilones y el técnico húngaro Francisco Platko tenía que ir a sacarlo de la cama. Cierta vez Platko decidió llamarlo por su apodo, pero en vez de decirle Chuleta, le gritó: "¡Levántate, Salchicha!".