La final de vuelta de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate, que se disputará este domingo en el Santiago Bernabéu de Madrid, tiene movilizada a la policía española, que ya alista las medidas de seguridad para evitar desmanes e incidentes, con el recuerdo presente de los hechos que obligaron a posponer la definición continental (y llevarla a Europa), el pasado 24 de noviembre, en el estadio Monumental de Buenos Aires.

En total, serán cinco mil efectivos de seguridad (tres mil policías y dos mil guardias) los que participarán del operativo, que tiene como finalidad establecer un férreo control en las inmediaciones del estadio, además de evitar el cruce de las hinchadas y, por cierto, custodiar el traslado de los equipos.

"Es un evento que denominamos de alto riesgo, que es la calificación protocolar en España. Es un evento que supone un elevado riesgo de incidentes, por eso habrá un tratamiento diferente a un partido ordinario", aseguró Serafín Giraldo, vocero de la policía hispana, en diálogo con la radio argentina La Red.

"Le pedimos información a la policía argentina. Necesitamos saber cuántas personas se trasladarán a España y su calidad. Y cuando digo calidad me refiero al nivel de violencia", puntualizó el portavoz, que afirmó que la finalidad del operativo será aislar a las hinchadas en diferentes sectores para "evitar imágenes de violencia". Y enfatizó: "Estamos acostumbrados a lidiar con esta clase de hinchas, como cuando vienen hinchadas de Rusia o de países de Europa del Este, que no tienen nada que envidiarle en violencia a los argentinos. Igual este es un reto para nosotros", cerró, al tiempo que recalcó que habrá un lugar diferente para las eventuales celebraciones de uno u otro equipo.