El domingo 1 de septiembre del año pasado, el futuro futbolístico de Matías Sepúlveda y Fabrizio Ramírez se puso en serio riesgo. Ese día, ambos jugadores de O’Higgins no se presentaron al examen antidopaje posterior al partido frente a Huachipato, en el estadio El Teniente. El técnico Marco Antonio Figueroa no los dejó salir del camarín en el que dictaba una charla, lo que motivó la denuncia y los expuso a una sanción que pudo llegar a los dos años de suspensión.
El Tribunal de Expertos en Dopaje llevó la calma al nacional y al costarricense. La instancia determinó eximir de culpa a ambos futbolistas del club rancagüino, a quienes solo aplicó una amonestación por infringir la obligatoriedad de presentarse a la toma de muestras de orina.
Según consignan ambos dictámenes, la defensa encabezada por el abogado del club de la Sexta Región, Jorge Carrasco, “no logró desvirtuar su responsabilidad por la infracción de las normas de dopaje citadas". Sin embargo, las sentencias añaden que “el denunciado demostró ausencia de culpa significativa en su actuar, conforme a las circunstancias referidas y, especialmente, porque se realizó finalmente el control de dopaje".
En esta situación, el tribunal eximió de responsabilidad a Sepúlveda y a Ramírez y los sancionó apenas con una amonestación que deberá quedar consignada en las hojas de vida de ambos deportistas.