Múltiple campeón con Colo Colo y Magallanes en los roles de jugador y técnico, en las décadas 30 y 40. Estuvo con la Roja en el Mundial de Uruguay de 1930, en las Olimpiadas de Ámsterdam de 1928 y el sudamericano de Perú de 1935.
Para cumplir con la misión llegué hasta su humilde hogar.Me atendió de manera hosca. No quería saber nada de los periodistas, porque le robaban las fotos y de los dirigentes, a quienes acusaba de quedarse con los trofeos. Con su presencia se apreciaba un anciano carente de un pasar digno. Terminé la entrevista con don Arturo más relajado y cordial.
Pasaron unos meses y un día recibo la llamada telefónica de una nieta. "¿Usted fue el periodista que entrevistó a mi abuelo", me señaló. "Sí, yo fui", le respondí. "Mi tata murió hace unos días", me dijo con la voz entrecortada.
Lo sentí mucho, más allá de las bromas de los compañeros de redacción que me sindicaban como el sepulturero del Car'e Cacho. Nunca comprendí que un hombre que le había dado tanto al fútbol chileno podía irse en esa orfandad, en el anonimato, sin recibir el merecido tributo.
El germen de una idea
De todo eso me recordé el día que me encontré por casualidad con Raúl Coloma, ese golero de Unión Española, Ferrobádminton, Ferroviario y la Selección Nacional. A sus 91 años vivía solo tras la muerte de su esposa hace tres años. Se veía bien, menos espigado, pero sin grandes problemas de salud y con una mente clarísima. Recordaba con detalles todos los episodios que vivió en su carrera, la que terminó a los 47 años. Sin embargo, denotaba la tristeza de la soledad, apenas paliada por la fiel compañía de su juguetón perrito Pepe.
Con una bonita casa en La Florida y como jubilado de Ferrocarriles sus carencias no pasaban por lo económico. Más bien por la falta de compañía y afectos.
Y fue ahí cuando me propuse darle unos instantes de alegría, tributando un homenaje a su trayectoria, esa que lo llevó a ser el jugador más longevo del fútbol chileno, que le brindó un título con Unión Española, que lo tuvo como titular en el arco de Chile en la gira de 1960 por Europa, previa al Mundial del 62, y la misma que le permitió reemplazar en su despedida a Sergio Livingstone, en el primer triunfo de la Roja sobre Argentina (4-2), en el Estadio Nacional.
Pero no quería demasiada fanfarria, sólo reunirlo a compartir con un grupo de ex periodistas y reporteros gráficos de La Tercera y La Cuarta que compartieron con él cuando trabajaba como conductor de los móviles de prensa.
Y así lo conté en las redes sociales. Pero aparecieron amigos que me impulsaron a realizar algo mayor. Y en una primera reunión, en el Colegio de Técnicos con la asistencia de sus directivos como Carlos Ramos, Freddy Delgado y Raúl Toro; de Jorge Vergara, el ya mítico dirigente de Colo Colo y Carlos Caszely, el histórico goleador del Cacique y de la Selección.
Todo partió con mucho entusiasmo, tanto que la iniciativa se cristalizó en celebrar el Día del Trabajador del Fútbol. Esa idea se la conté a un colega que asesora a parlamentarios, el que me pidió autorización para que se trabajara como proyecto de ley. Y en eso está. Quizás con la lentitud de todas las iniciativas legislativas, más todavía si, según mi colega, existían otras ideas parecidas y había que volcarlas en un sólo documento. Como le manifesté mi aprensión, me replicó: "No te preocupes, que serás considerado en el proyecto".
El tributo a las glorias
En el intertanto, sólo Vergara, Delgado y yo seguimos adelante con la organización del homenaje a Coloma.Los astros se alinearon en nuestro favor y la iniciativa tomó otra dimensión.La Gran Logia de Chile, gracias a contactos de conocidos, asumió la responsabilidad de apoyar el evento. Así se instituyó el Día del Seleccionado Nacional de Fútbol Profesional.
Y la fiesta se hizo. En el Club de República, el 11 de octubre, se reunieron ex jugadores, técnicos, ex dirigentes, periodistas y amigos para realzar el tributo a cuatro grandes en la historia del fútbol nacional: Andrés Prieto, Caupolicán Peña, Manuel "Colo Colo" Muñoz y Raúl Coloma.
No estuvieron todos, por problemas de salud pero la jornada estuvo lejos de perder jerarquía. Por el contrario, la presencia de los astros de la Selección de 1962, aquella que logró el tercer lugar para Chile en el Mundial disputado en nuestro país, le brindaron a la jornada un brillo especial. Raúl Coloma volvió a sentir el aprecio de sus inolvidables compañeros como Luis "Fifo" Eyzaguirre, el capitán Sergio Navarro, Humberto "Chita" Cruz, Jorge Toro y Leonel Sánchez. "Jamás pensé que sería algo tanto lindo", expresó emocionado el ex arquero con su nobleza de siempre.
Fue el arranque ideal para la celebración de un día que se repetirá cada año para honrar a esos hombres que vistieron la camiseta sagrada de la Roja de Todos. La misma que cuando para ellos, los actores principales del espectáculo futbolístico, se acaban la fama y las luces se transforma en la Roja de nadie...