Las revelaciones de Marco Trungelliti remecen al tenis argentino. El jugador denunció ante la Unidad de Integridad del Tenis que había sido contactado por una red de amaño de partidos, lo que activó una investigación, en la que también cayeron otros jugadores. Su testimonio, entregado al diario La Nación, de Argentina, causó conmoción al otro lado de la cordillera.
Su caso derivó en sanciones a otros jugadores transandinos, como Federico Coria, Nicolás Kicker y Patricio Heras. Estos dos últimos fueron suspendidos por tres años, luego de que uno de los números telefónicos fuera vinculado a esos jugadores investigados. Una vez conocido el asunto, en el ambiente comenzaron a tratar a Trungelliti como delator.
"Me gustaría, realmente, que quede un mensaje, un ejemplo de lo que hay que hacer. Si se recibe una propuesta de arreglo de partidos como me pasó a mí hay que denunciarlo. Los más chicos lo tienen que saber. Yo no soy un topo, no soy buchón, no vendí a nadie. Solo hablé de mí", expresó al diario La Nación.
Sin embargo, el ambiente se tornó irrespirable para él. Cayó en la qualy de Buenos Aires y pese a que tenía pensado permanecer hasta el jueves en la capital argentina, optó por devolverse a Andorra, país en el que vive. "Tenía pensado ir a jugar la qualy de Río de Janeiro (desde el próximo fin de semana), pero no vale la pena. Todavía no pude cambiar el chip en mi cabeza. Necesito ir a casa, a respirar un poco el clima de montaña. Estoy seguro de que ahora voy a dormir más y en paz", expresó.
Asimismo, de acuerdo a lo que reveló al citado medio transandino, el jugador vio a personal de la TIU recorriendo los pasillos del Buenos Aires Lawn Tennis, sede del ATP 250, que comienza hoy.