Siria, 2007. Aeropuerto de Damasco. El doctor Hassan Tayara, junto a su señora e hijos, esperan ansiosos y emocionados. Las lágrimas están a punto de salir sin siquiera haber visto a Omar, el primo y sobrino español de 27 años, que por fin van a conocer. Viaja al país, porque tiene que ultimar detalles para confirmar su participación en los juegos Olímpicos de Beijing 2008 por el equipo sirio de triatlón. Tiene la doble nacionalidad, pues su padre, Tarek, también es sirio. Para él es emocionante: tras 38 años, vuelve a casa gracias al sueño olímpico de su hijo y se reencuentra con su hermano. De paso conoce a sus sobrinos.

"Nunca había ido a Siria. Es muy difícil entrar. Requería muchos trámites y gracias a los Juegos pude ir. Mi padre se fue de allá con 18 años y nunca volvió. Entonces yo fui con un familiar a firmar unos papeles para poder competir y conocí a todos mis tíos y primos", cuenta Omar Tayara a La Tercera, once años después, en Pucón, a días de correr en el Ironman 70.3 de la ciudad.

Pocos en la Novena Región conocen esta parte de la historia del extrovertido personaje, que habla largo y tendido con quien se le acerque. "Yo competía con España y estaba entre los 60 mejores del mundo. Para ir a los Juegos necesitabas estar entre los 110 mejores y ese requisito lo tenía, pero para España sólo había dos plazas. La ITU me dijo que me mantuviera como estaba en el ranking y podía competir por Siria. Eso sí, podía viajar y entrenar con España", agrega con ganas. Se ve que el recuerdo le agrada. Y lo lleva inmediatamente a la imagen de su tío Hassan, fallecido el año pasado por un cáncer a la próstata.

El mismo que lo fue a buscar al aeropuerto, en ese entonces era ministro de Industrias en Siria. "Me ayudó con todos los trámites burocráticos y los documentos que estaban escritos en sirio. Gracias a él, pude competir por Siria sin mayores complicaciones", recalca Omar, que gracias a esa experiencia ha dado conferencias sobre la unión cultural a través del deporte.

Una década después de haber terminado en el lugar 49 en el triatlón de Beijing 2008, y convertirse en el primer y único representante olímpico sirio en la especialidad, Tayara llega a Pucón. Está maravillado. Lleva casi una semana en la ciudad y el paisaje ya lo cautivó. También la gente. Ha hecho hasta clases de natación para principiantes. "En el mundo se organizan muchos Ironman y lo que los hace especial son la gente y la ciudad. Y cuando estás en Pucón, ves ese algo especial. La gente respeta el triatlón: te prestan lugares para guardar la bici, las tiendas empiezan a vender productos relacionados. Es decir, se adaptan. Tiene todo lo necesario para ser un Full Ironman y ser clasificatorio para Hawaii, por los climas, por el recorrido. Para mí, es el 70.3 más conocido en Europa y he estado en muchos. A lo mejor estoy metiendo la pata presionando a la organización, pero el full tiene que estar ya", opina.

Pese a sus ganas, el madrileño se encontró con una sorpresa: no está inscrito en la categoría profesional, pues no cuenta con la licencia al no competir regularmente en el circuito Ironman mundial. Competirá con los age group (de 35 a 39 años), lo que significa que, aunque corra junto a los profesionales, no podrá optar al premio económico en caso de ganar la competencia.

Hasta ahora ha hecho de todo para conseguir la licencia sin éxito. Incluso, habló con Felipe Barraza, quien le dijo que era difícil que consiguiese el permiso. La conversación con Pipo se dio cuando la organización los presentó en su hotel de hospedaje. "Si alguna vez estás por Madrid, cualquier cosa que necesites, cuenta conmigo", aprovechó de decirle el español-sirio al atleta de la UC.

La razón por la que llegó en primera instancia a Pucón, sin embargo, no fue la competencia, si no que su marca de ropa, Taymori, la encargada de hacer el primer uniforme técnico oficial de la competencia.

"Creamos la marca hace siete años y hemos ido creciendo y cogiendo distribuidores. Nos presentaron el proyecto de Pucón y yo ya lo conocía por los españoles que han competido acá y pensé que sería ideal. Si hay una prueba donde se da a conocer a Chile es ésta. Es el escenario perfecto para dar a conocer la marca. Había que estar aquí", revela el también empresario, faceta que lo lleva a dictar charlas sobre el deporte y sus salidas laborales.

Es la vida de Omar Taraya, el hombre que en su sueño olímpico encontró la ruta para conocer a su familia.