Último en el primer lugar del mundo

Pese a su juventud, sólo 19 años, Tomás Gana se convirtió en el guía del gran año del golf chileno cuando en enero ganó el Latin American Amateur Championship de Panamá. Consagrarse en Centroamérica ya era todo un sueño. Pero jamás imaginó que aquel triunfo, lo trasladaría automáticamente a otro. Y es que, con el triunfo, Toto como es apodado por sus cercanos, se echó al bolsillo boletos para disputar el Masters de Augusta.

El año comenzó de ensueño para el joven que, cuando chico, miraba y soñaba ser como el multicampeón Tiger Woods. "Mamá, algún día estaré jugando con Woods, te lo prometo", fue la profecía inocente que le hizo Gana a su madre. Toto no enfrentó al Tigre, pero sí pisó la misma cancha que el ex número 1 del mundo.

La experiencia en el Masters fue increíble. Inimaginable que esas palabras con total grado de inocencia se convirtieran en realidad en un abrir y cerrar de ojos. Se codeó con los más grandes golfistas y pudo vivir de cerca la élite de su deporte amado. De hecho, en la semana previa compartió cancha con el irlandés Rory McIlroy, número 2 del mundo por ese entonces. Sin embargo, en lo deportivo, el criollo terminó en la última posición.

Acabado el sueño de Augusta, Gana volvió a su realidad, eéa que lo tiene en Estados Unidos hace un par de años estudiando Businnes en la University Lynn en Boca Raton. El chileno armó maletas y echó raíces a 40 minutos de Miami buscando mejores opciones que las prestadas por Chile. Hoy junto a su amigo Joaquín Niemann, de extraordinaria temporada, son la brújula del golf criollo.