Hace poco más de cuatro años, Alemania se coronaba campeón del Mundo en Brasil, en una dramática final ante Argentina. Joachim Löw se ganaba los aplausos de todo el medio futbolístico y los germanos eran señalados como un ejemplo a seguir. Hoy esa realidad se ve muy lejana. Una selección que pasó de la gloria a la incertidumbre.
Al fracaso en Rusia 2018, en donde sufrió el inédito bochorno (en el actual formato mundialista) de no pudo superar la fase de grupos, se suma el duro golpe que le propinó Holanda el sábado último: una derrota humillante por 3-0 por la Liga de Naciones de la UEFA, lo que deja tambaleando el proceso de Löw.
Las críticas al técnico se centran en la incapacidad de buscar nuevas fórmulas para dominar a los rivales, al mismo tiempo que seguir confiando parte importante de la estructura en jugadores que no pasan por un buen momento. Los más mencionados: Manuel Neuer, Mats Hummels, Jérôme Boateng y Thomas Müller.
Tal vez en el puesto que más se ha ganado críticas el entrenador es en el arco. Neuer es no se mueve de la puerta de la Mannschaft, a pesar de la juventud y buen momento de Marc-André ter Stegen en el Barcelona. Por otra parte, Hummels y Boateng han sido incapaces de dar seguridad en la última línea, y jugadores como Shkodran Mustafi y Antonio Rüdiger aparecen como alternativas desechadas por el DT. Por último, Müller perdió la chispa y no ha podido hacer olvidar los goles de Miroslav Klose; el último tanto por la selección alemana del excompañero de Arturo Vidal fue el 26 de marzo del 2017, en la victoria 1-4 ante la débil Azerbaiyán, por las clasificatorias europeas.
Ante esta situación, Löw aclaró a sus críticos que no abandonará: "De momento, no pienso dimitir". Además, añadió: "Todos sabíamos que tras la Copa del Mundo tendríamos que soportar algún que otro revés. Hay que mirar hacia adelante".
El entrenador no posee el mismo crédito de antes y ha intentado explicar de diversas formas el fracaso sufrido en Rusia 2018: "Perdimos el fútbol feliz que teníamos en 2014. Mi mayor error fue creer, casi arrogantemente, que podríamos superar la fase de grupos con nuestro juego de posesión dominante y luego ajustarnos para las eliminatorias".
Para colmo, el futuro no parece muy auspicioso. Los alemanes deberán enfrentar el martes a Francia, actual campeón del mundo, de visita por la mencionada Liga de Naciones. Este será el tercer encuentro de ambos en la competición y Alemania necesita urgentemente de un triunfo, puesto que marcha última en su zona, lo que la sentenciaría a descender a escalón B de la liga, una situación vergonzante, que podría condenar todavía más a un atribulado Löw.