Colo Colo juega el partido más importante del año. O de varios, en rigor. Hay un antecedente objetivo para asignarle esa condición al choque de esta noche frente a River Plate: desde 2018 que el Cacique no disputaba los cuartos de final de la Copa Libertadores. Ahora, llega a esta instancia envalentonado por el doble triunfo en la llave ante Junior de Barranquilla, aunque convenientemente aterrizado por la bochornosa caída frente a Magallanes, por la Copa Chile.
Se trata de un desafío monumental. No solo por la coincidencia en los nombres de los recintos en que se disputará la llave, en Macul y en Núñez. Por más que Marcelo Gallardo haya ocupado palabras de buena crianza para referirse al Cacique, a su potencial y al estímulo que significará para la escuadra de Jorge Almirón jugar en su casa, está claro que la consideración está planteada en función de los albos, que tendrán enfrente a un rival que no solo llevó de vuelta a la banca al Muñeco. También le reforzó el equipo con figuras de renombre, entre los que se cuentan dos campeones del mundo: Marcos Acuña y Germán Pezzella. Ambos serán titulares en Pedreros.
Toda la carne al asador
Los albos opondrán lo suyo. “River Plate es un equipo que ha sido protagonista con su entrenador, es un equipo grande y tiene nuestro respeto, pero nosotros llegamos acá por algo, lo merecemos y me siento orgulloso de lo que estamos haciendo”, estableció Almirón en la conferencia de prensa previa al duelo. “Sé lo que significa para nosotros la Copa Libertadores. Entendemos la magnitud del rival, la instancia y el camarín está bien. Realizamos una buena semana y esperamos sacar un buen resultado en nuestra casa, con nuestra gente”, insistió. “El equipo se fue construyendo y siempre creímos que se podía competir. Nos subestimaron y esperamos hacerlo bien. Tenemos mucha ilusión al igual que toda la gente”, amplió.
Obviando la paupérrima imagen que ofrecieron en el choque ante los albicelestes, el equipo de Almirón venía dando pruebas contundentes de solidez. De hecho, la llave frente al equipo colombiano la sobrepasó con dos victorias, una producción inédita para encuentros de este tipo en el certamen de clubes más importante del continente. Los albos venían siendo un equipo dinámico y muy agresivo en la recuperación. En materia ofensiva, aunque seguían atravesando por la adaptación de Javier Correa, se las ingeniaron para aprovechar las ocasiones que dispusieron.
La estructura sufrió una avería. En el partido entre la Selección y Bolivia, Vicente Pizarro, quien se había transformado en una pieza fundamental para el funcionamiento del mediocampo albo, sufrió una fractura maxilar y tuvo que pasar por el quirófano, lo que le descarta de ambos partidos. Por contrapartida, los albos reciben un tónico: la reaparición de Arturo Vidal. El Rey deja atrás los problemas musculares que le sacaron del partido de ida frente a Junior en pleno calentamiento (ingresó Lucas Cepeda) y será titular. El exvolante del Barcelona, la Juventus y el Inter jugará uno de esos partidos para los que está hecho. “Loco porque llegue el martes”, escribió en sus redes sociales, en relación a la ansiedad que le provoca el encuentro. Sus compañeros, además, sentirán el refugio que implica tenerle en el campo. ““Arturo Vidal es uno de los goleadores del equipo, siempre es importante en el equipo, está bien y va a jugar, ya que entrega muchas cosas para el equipo que son importantes”, destacó Almirón respecto de su presencia. A su lado, en una zona clave, estarán dos experimentados: Esteban Pavez y Leonardo Gil.
En la defensa, en tanto, reaparecerá Alan Saldivia, recuperado de la cirugía a la que fue sometido para repararle el menisco interno de la rodilla derecha. La decisión es la más compleja de las que tuvo que adoptar Almirón, considerando el buen nivel que alcanzó Emiliano Amor, el reemplazante del uruguayo.
La delantera es, probablemente, la mejor muestra de que los albos no se guardarán nada y que, en correlación con la fecha, pondrán toda la carne al asador. Almirón pasará a Carlos Palacios a la banda derecha (saldrá Bolados) para completar un tridente que tendrá a Correa en el centro y a Lucas Cepeda, el amuleto de la actual campaña, sobre la izquierda.
Con todas las figuras
River Plate llega a Santiago con el aval de una contundente victoria por 4-1 sobre Atlético Tucumán y, también, con una tentación peligrosa: la de mirar de reojo el Superclásico argentino frente a Boca Juniors, que está programado para el sábado, en La Bombonera.
Gallardo valoró a los albos. “Va a ser un partido y una serie muy cerrada, muy agresiva desde lo físico, pero con un rival que tiene buenos jugadores. Lo van a querer hacer sentir así en este partido, de local y con su gente. Ahora, a descansar y prepararnos para ese partido”, declaró el Muñeco, quien estaba suficientemente enterado de la relajada agenda alba. “Tengo entendido que ellos no jugaron, van a estar un poco más frescos que nosotros y nosotros tenemos que afrontar esta seguidilla que nos toca”.
El técnico del equipo de la banda sangre advirtió que sus dirigidos no pueden pensar anticipadamente en Boca. “¿Dónde estamos ubicados? Donde queremos estar. Nos toca jugar estos cuartos de final y el sábado el clásico con Boca. A mí me encanta, me gustan estos desafíos. Intentaremos llegar preparados de la mejor manera”, declaró. “Sé que es una semana importante para todos nosotros. Nos vamos a enfocar en el partido del martes, que va a ser muy difícil porque nos vamos a enfrentar a un rival durísimo en su estadio, que tiene la misma ilusión que tenemos nosotros”, sentenció en la antesala.