Desde el mismo día en que se fue de la Selección, por las irreconciliables diferencias con el estilo de gestión de Sergio Jadue, el retorno de Marcelo Bielsa se transformó en parte del imaginario colectivo chileno. El recuerdo de la clasificación al Mundial de Sudáfrica y, fundamentalmente, de la transformación de la Roja que encabezó el rosarino aún estaba fresco y, a más de una década de la renuncia, sigue estándolo. Los hinchas reconocen en el técnico argentino a quien impulsó a la Generación Dorada y, principalmente, a quien le imprimió un nuevo estilo de juego a la Selección. Por esa razón, verlo aparecer en una terna con Eduardo Berizzo y Gustavo Quinteros como los candidatos sobre los que la ANFP trabajará para designar al nuevo entrenador del equipo nacional genera ilusión y entusiasmo entre los fanáticos. Sobre todo entre quienes jamás han olvidado su imagen ni su aporte.
En Quilín, de todas formas, son cautelosos. Conocen el proceso personal en el que está el Loco después de su salida del Leeds United, al que tuvo que abandonar después de que los resultados no le acompañaran en la segunda campaña en la Premier League, a la que lo había devuelto después de largos años. Desde que dejó al club inglés, a fines de febrero, Bielsa entró en un estado de reflexión respecto del próximo paso que dará en su carrera. Y, en ese contexto, rechazó el ofrecimiento inicial del Chivas de Guadalajara para que asumiera la banca y recurrió a ese concepto para contestar la segunda propuesta, en la que los aztecas reforzaban el interés.
Por esas razones, en la sede del fútbol chileno admiten que aunque explorarán con fuerza la opción de Bielsa, inicialmente, ven más factible la de Berizzo, quien está disponible desde que dejó la banca de Paraguay. La de Quinteros se ve compleja, porque está dirigiendo a Colo Colo y el directorio de Pablo Milad teme generar un foco de tensión con los albos, más aún en un año en que habrá elecciones en la ANFP. Más allá del interés, eso sí, aún no ha habido acercamientos con el ex técnico de Bolivia y Ecuador.
Un ‘no’ conocido
En el caso de Bielsa, lo que más temen en Quilín es encontrarse con una respuesta que ya han oído en otras oportunidades: un ‘no’. Fue lo que sucedió, por ejemplo, a fines de 2017, cuando en la Roja le buscaban sustituto a Juan Antonio Pizzi después de una decepción idéntica a la que, este año, terminó con la permanencia de Martín Lasarte en Juan Pinto Durán: Chile había quedado eliminado del Mundial de Rusia y, como suele pasar después de cada episodio traumático, aparecían la necesidad de siempre: la urgencia de encontrar una renovación urgente. Bielsa, el mentor de un proceso que, al menos a nivel adulto, comenzó en 2007, cuando le tocó asumir la conducción de un equipo que venía marcado por la indisciplina.
Fue Arturo Salah, quien encabezaba la ANFP, quien reconoció el infructuoso intento por tentar a Bielsa para que volviera al país en el que, según declaró en varias ocasiones, fue feliz. El entonces timonel del fútbol chileno recapituló las tratativas en plena presentación de Reinaldo Rueda, el 19 de enero de 2018. “El mismo Marcelo Bielsa se contactó con nosotros y expresó que no estaba disponible para la Selección”, manifestó el también ex técnico de la selección chilena, dando por zanjada la situación y pidiendo encarecidamente que la atención estuviera puesta en la gestión que comenzaba el técnico colombiano.
Hay un antecedente que explica el desinterés. Bielsa estuvo interesado en asumir la Roja después de la salida Jorge Sampaoli, a comienzos de 2016, después de que el casildense se viera enfrentado con la ANFP por razones económicas. En esa oportunidad, el directorio de Salah optó por Pizzi, una situación que Bielsa no le perdonó y que motiva la respuesta a la que aludió el entonces timonel del balompié nacional el día en que presentó a Rueda.