No tengo nada más que demostrarle a nadie, excepto tal vez a mí mismo, que todavía soy capaz de hacer cosas buenas”. Con esa consigna el búlgaro Grigor Dimitrov (33° del ránking ATP) saltó a la cancha central del Club de Tenis de Ginebra ubicado en el Parc des Eaux-Vives para luchar por el paso a la final del ATP 250 de Ginebra contra el estadounidense Taylor Fritz (9°).

En una cerrada lucha el jugador de 32 años consiguió dar vuelta el partido y llevarse la clasificación tras registrar parciales de 3-6, 7-5 y 7-6(2). Un triunfo que le devuelve al europeo la posibilidad de volver a pelear por un título del circuito ATP.

Y es que los números no lo habían acompañado en los últimos tiempos. De hecho, el 2018 fue la última vez que el búlgaro alcanzó una final de torneo. Fue en Róterdam 2018 cuando cayó contra Roger Federer. Desde allí comenzó a buscar su 16° final del ATP en once ocasiones, todas sin éxito. En esas once ocasiones había quedado en el camino en la instancia de semifinales.

De hecho, en la presente temporada, en Róterdam, se quedó a nada de la final, cayendo en la instancia contra Daniil Medvedev. Claro que esta racha negativa llegó a su fin este viernes en Ginebra, registrando su 32° victoria ante un rival ubicado en el Top 10.

Una oportunidad que intentará aprovechar al máximo, más aún después de que su acceso a la competencia se diera a través de una invitación. Al ser la cuarta cabeza de serie del torneo, avanzó directo a la segunda ronda, batiendo a Roberto Carballés, mientras que en los cuartos de final se impuso a Christopher O’Connel antes de enfrentar al norteamericano en las semifinales.

Ahora, tras superar a Fritz, comenzó a concentrarse en Nicolás Jarry en la que será su tercera definición por el título en superficie de tierra batida. “Me siento muy bien, gracias por el apoyo. Jugamos un partido maravilloso. Quiero dar un paso más”, avisó tras la semifinal.

Nicolás Jarry, el otro finalista

Del otro lado de la red estará el chileno Nicolás Jarry (54°) quien superó con una brillante presentación al Alemán Alexander Zverev con parciales de 7-6(3) y 6-3.

Con este resultado el chileno aseguró su presencia en su segunda final de la temporada después de Santiago. Además, intentará aprovechar esta instancia para tener otra revancha. En 2009 se había enfrentado a Zverev en la la final de la edición de 2019, cayendo contra el germano. Ya se vengó del jugador y ahora irá por la conquista del trofeo.

Además, esta será la quinta final de su carrera, todas en arcilla, registrando dos triunfos y dos derrotas.

La clave del partido fue la consistencia. Estoy mucho más consistente que años pasado, yo creo que ese fue un punto a favor mío”, indicó tras la competencia.

Y consultado sobre su próximo rival, señaló que “es un partido con un jugador que varía mucho los efectos. Tengo que estar muy ágil, firme por todos los cambios que hace e intentar seguir sacando como lo vengo haciendo. Estar muy concentrado y tratar de meter buenas devoluciones para darme chances”, expuso.

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