Un empate con sabor a victoria: Colo Colo vuelve a los octavos de final de la Libertadores tras seis años

La Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante del continente, tiene a Colo Colo entre los 16 mejores. En una verdadera final, sin exagerar, el Cacique salió airoso de su periplo en Paraguay y logró el boleto a los octavos de final, algo que la institución no conseguía desde 2018. Un empate 1-1 con sabor a victoria. Un visto bueno en la lista de objetivos de Jorge Almirón.

No había margen para el equipo blanco. Su deficiente balance en el estadio Monumental (cuatro puntos de nueve posibles) y el hecho de no imponerse al rival más “débil” del grupo, Alianza Lima (en los dos partidos), entre otros factores, puso al elenco popular en una posición incómoda para el cierre de la fase grupal, más aún jugando en Asunción. En ese sentido, las matemáticas estaban claras: Colo Colo necesitaba ganar o empatar con goles (debido a la paridad en todos los criterios de definición con los paraguayos), y una ayuda de Fluminense ante los peruanos, en Brasil, era bienvenida también.

Para este desafío, no estuvo Arturo Vidal, suspendido. Tampoco estaba Damián Pizarro, cuyo futuro próximo está en Italia. Ante esto, Almirón los reemplazó con Gonzalo Castellani y Guillermo Paiva, respectivamente. A diferencia de otros partidos de la Copa, esta vez el DT argentino no experimentó con el diseño táctico. Planteó el dibujo tradicional de 2024 (4-3-3), con los matices propios de los interpretes.

En paralelo, jugaban Fluminense y Alianza Lima en el Maracaná, y los peruanos sorprendieron al ponerse en ventaja. Con esto, ni el empate con goles le servía a Colo Colo, que tuvo un arranque alentador en La Nueva Olla, copando bien la cancha y generando opciones, ante un Cerro de feble defensa. Carlos Palacios, quien se movió desde el costado izquierdo hacia el centro (como generalmente lo hace), tuvo un par de opciones antes de los 20′. Era un pequeño aviso de lo que sucedería después.

Un penal le permitió al cuadro albo tener una opción inmejorable. Una falta por detrás en contra de Guillermo Paiva (quien tuvo un partido aparte, por su pasado en Olimpia) es sancionada por el árbitro Roldán. Ejecuta Palacios y convierte el 1-0. Escenario halagüeño para el Cacique: quedar en ventaja antes de la media hora. De paso, entregarle la presión al local. Si Colo Colo hubiera aprovechado de mejor manera las grietas defensivas de los paraguayos, el primer tiempo hubiera terminado de otra manera. A los atacantes albos les faltó “oler sangre”, tomar mejores decisiones de cara al arco de Jean.

Cerro fue de menos a más en el lapso inicial, hasta que encontró el empate. En los 36′, un impecable pase filtrado deja a Federico Carrizo de frente a Cortés y le pica el balón con jerarquía. La pelota superó la línea de zagueros para entregarle la opción del gol al Ciclón de Barrio Obrero (Wiemberg quedó enganchado y habilitó). Con la victoria de Alianza en Brasil, el 1-1 dejaba a Colo Colo en el tercer lugar, pasando a la Copa Sudamericana.

Con el tiempo en contra, y pendientes de lo que sucedía en Río de Janeiro, el complemento fue más abierto, con el medio siendo una zona de tránsito más que de elaboración. El momentáneo empate de Fluminense le servía a Colo Colo en su afán de clasificar. Por lo tanto, la presión era de los azulgranas. La misión de anotar estaba hecha. Lo que sí requería el elenco nacional era mayor control, porque la tentación de defender con muchos hombres, de frente a la pelota, estaba a la mano. Pasada una hora de partido, Almirón sacó a un opaco Leo Gil para el ingreso de Zavala, abriéndolo a la derecha.

El panorama estaba abierto. Podía pasar cualquier cosa. Un gol cambiaba todo. Los acercamientos de Cerro eran mediante remates desde fuera del área, los que eran controlados por Brayan Cortés. En los 63′, le tapó de gran manera un disparo a Iturbe. Ninguno de los dos equipos tenían claridad en ataque, mientras los paraguayos trataban de ir hacia adelante a puro empuje. En los descuentos, llegó el sufrimiento mayor, incluso con reclamos de penales. Cerro se quedó con 10 tras una falta criminal de Benítez sobre Falcón.

Llegó el epílogo y la satisfacción de Colo Colo por el deber cumplido. Avanzó en el segundo lugar, detrás de Fluminense, con seis puntos. Además, acceder a octavos entrega un suculento premio de US$ 1.250.000, lo que abre el apetito a la hora de reforzarse pensando en el segundo semestre.

Cerro Porteño: Jean; A. Benítez, E. Brock, R. De Jesús, S. Arzamendia; F. Carrizo (52′, G. Aguayo), F. Peralta, R. Piris da Motta (87′, Edu), J. Iturbe (74′, F. Fernández); D. Churín y C. Domínguez. DT: M. Jiménez.

Colo Colo: B. Cortés; O. Opazo, A. Saldivia, M. Falcón, E. Wiemberg; G. Castellani, E. Pavez (82′, E. Amor), L. Gil (64′, C. Zavala); M. Bolados (75′, V. Pizarro), G. Paiva (82′, L. Benegas) y C. Palacios. DT: J. Almirón.

Goles: 0-1, 23′, Palacios, de penal; 1-1, 36′, Carrizo, se la pica a Cortés

Árbitro: W. Roldán (COL). Amonestó a Peralta, De Jesús (CP); Saldivia, Cortés, Benegas (CC). En los 90′+10 expulsa a Benítez (CP) tras intervención del VAR.

Estadio La Nueva Olla, Asunción. Asistieron 30 mil personas, aprox.