El Manchester United afrontaba una nueva fecha de la Premier League con las energías renovadas. Pese a la pobre campaña que han protagonizado durante el presente año, ubicándose en el 12° lugar con 15 puntos, los Diablos Rojos, por primera vez en mucho tiempo, tenían un motivo en el cual creer: en esta jornada, ante el Ipswich Town, se estrenaba Ruben Amorim en la banca.

El entrenador de 39 años despertaba la ilusión de los hinchas mancunianos, principalmente porque, en su paso por la Primeira Liga de Portugal, había conquistado la corona de campeón de la temporada 23/24 con el Sporting de Lisboa. Además, recientemente había elevado al conjunto de la capital lusa a lo más alto del continente europeo al golear por 4-1 al Manchester City en la UEFA Champions League.

Precisamente, Amorim quería repetir las buenas sensaciones en su visita a Portman Road. En dicho recinto, su sello se sintió al instante. Apenas al minuto de juego, el Manchester United limpió la jugada desde el fondo y salió con la conducción controlada del balón, misma dinámica que el adiestrador portugués plasmó al mando del Sporting. Amad Diallo recorrió cerca de 40 metros y asistió a Marcus Rashford para la veloz conversión.

Sin embargo, las muestras de buen fútbol que daban los Diablos Rojos durarían poco. El Ipswich se entusiasmó y llegó mediante un remate de Szmodics a los 10′, que Onana acabó desviando con la mano derecha. Pero eso no fue todo. El camerunés volvió a hacerse gigante, esta vez, con una de sus mejores atajadas vistiendo la camiseta roja y blanca: a quemarropa, evitó el empate de Delap a los 39′.

Amorim veía cómo sus dirigidos se iban quedando rezagados en la cancha y cómo el letargo defensivo acusaba la poca preparación física que poseen los jugadores actualmente. Muestra de aquello fue lo que sucedió a falta de dos minutos para el término de la primera mitad: el talentoso Hutchinson encaró y, con un disparo que se desvió en la cabeza de Mazraoui, aseguró un empate más que merecido para el cuadro del equino azul.

Pese al golpe que significó el gol tardío, la visita trató de sorprender nuevamente a partir del arranque del complemento. De esta manera, Alejandro Garnacho se filtró a las espaldas de los centrales y estuvo cerca de batir al portero Muric. Como respuesta inmediata, el Ipswich volvió a arremeter a través de un taconazo de Delap, sin embargo, el arquero africano ganó la contienda personal una vez más.

En los casi 40 minutos restantes, la acción se apagó, particularmente por las nuevas muestras de cansancio físico que exhibieron los futbolistas del cuadro tres veces campeón de Europa. Además, el local tampoco fue capaz de superar a la zaga del United y se tuvieron que conformar con la igualdad.

De este modo, Ruben Amorim sumó un punto en su primera presentación oficial en la Premier League y el Ipswich quedó a tiro del Wolverhampton, con nueve unidades, para escapar de la zona de descenso. Por el momento, el entrenador portugués sale de Portman Road con una certeza: tendrá mucho trabajo por hacer para enmendar el alicaído rumbo que transita uno de los clubes más grandes de Inglaterra.