Cuán equivocado estaba Jorge Sampaoli cuando en la previa del duelo contra Islandia dijo que "la pelota parada no es determinante en un partido". El Mundial y Francia le pegaron un cachetazo inmediato: el de Rusia es el Mundial con más tantos de balón detenido de la historia y ayer el cuadro galo anotó el único gol que lo metió en la final a través de un tiro de esquina. Centro preciso de Griezmann y cabezazo de Umtiti.
El equipo de Deschamps lo hace otra vez. Ya en cuartos de final frente a Uruguay había abierto el marcador con un expediente similar: tiro libre, otra vez de Griezmann, ejecutor de los lanzamientos a pelota quieta, y cabezazo de Varane.
Las dos veces el recorrido de la pelota fue similar: contra Uruguay el tiro libre cayó desde la derecha, mismo sitio que el córner de ayer. Y en ambas ocasiones, lanzado por un zurdo, la pelota se fue cerrando. Un desvío fue suficiente en las dos oportunidades para batir, primero a Muslera, y luego a Courtois.
Con el tanto del zaguero del Barcelona se llegó a los 158 goles en la cita rusa. De ellos, 68 nacieron de un balón detenido, lo que representa un imponente 43%. A falta de tres partidos, la cifra ya supera a Francia 98 (61 goles de pelota parada), Corea y Japón 2002 (56) y Alemania (55).
Y al frente, una Bélgica que justo en el partido en que no podía fallar frente al arco rival, lo hizo. Sólo en uno de sus últimos 25 partidos no había festejado. En Rusia sigue siendo el equipo más goleador del certamen, con 14. Le había hecho tres a Panamá, cinco a Túnez, uno a Bélgica, tres a Japón y dos a Brasil. A Francia, cero.
¿Razones de aquello? Los Diablos Rojos, ya en su partido con Brasil, habían bajado ostensiblemente su poder ofensivo (Lukaku marcó en los dos primeros partidos y no en los cuatro últimos). Los belgas no habían bajado de los 15 remates (15 a Panamá, 23 a Túnez, 15 a Inglaterra y 24 a Japón), hasta que en cuartos apenas lo hicieron en ocho oportunidades, aunque con buena efectividad. Ayer, apenas nueve intentos, tres de ellos al arco.
Bélgica, uno de los pocos que traducía su mayor posesión en resultados positivos (sólo Brasil la tuvo más que ellos), no pudo. Y otra vez un equipo que regala la pelota como Francia (40% contra 60%) terminó ganando.