Independiente Rivadavia recibió a Deportivo Maipú en un duelo trascendental en el Grupo B de la Primera Nacional, la segunda categoría del fútbol argentino. El choque enfrentaba a los punteros, por lo que ambos tenían la obligación de ganar. Finalmente, el cuadro local se impuso y se instaló en la cima de la tabla de posiciones, con 34 unidades.
No obstante, el enfrentamiento disputado en el Estadio Bautista Gargantini estuvo marcado por una serie de situaciones poco habituales. Corría el minuto 84 cuando Alex Arce se disponía a patear un lanzamiento penal. Su escuadra ganaba por la cuenta mínima y buscaba estirar la diferencia.
En pleno lanzamiento hubo una situación que se llevó todos los reflectores. El ariete fue amonestado por amagar dos veces en el inicio de su carrera hacia el balón. Primero, inició la carrera, se frenó tras dar algunos pasos, retrocedió a la misma posición y repitió la acción. En la segunda oportunidad, el juez detuvo la acción y le sacó la cartulina amarilla.
El paraguayo había cobrado un penal exactamente de la misma manera. La jornada pasada, ante Villa Dálmine, el atacante realizó sus fintas características, pero el réferi del encuentro no paralizó el juego ni mucho menos le mostró alguna cartulina. Finalmente, en su segundo intento, en el que no realizó ningún movimiento fuera de lo común, marcó el segundo tanto para su escuadra. Con 16 anotaciones en 17 encuentros, Arce es el máximo goleador del certamen.
En ese sentido, conforme a lo señalado por la IFAB, las normas del juego se contradicen con la determinación por el árbitro. El apartado de “Infracciones y sanciones”, concretamente la regla 14, indica que se pueden realizar amagues en la carrera del lanzamiento: “El ejecutor del penal o un compañero infringe las Reglas de Juego si el ejecutor del penal finta al golpear el balón tras haber finalizado la carrera (sí se permite fintar durante la carrera); el árbitro amonestará al ejecutor”.
Fuegos artificiales
En los últimos minutos del encuentro también ocurrió una situación atípica. Cuando se jugaba el tiempo de descuento, la parcialidad local comenzó a lanzar una gran cantidad de fuegos artificiales. ¿El motivo? Festejar el vital triunfo, a pesar de que el duelo no había terminado.
En el sexto minuto de adición, la parcialidad de Independiente de Rivadavia arrojó la pirotecnia. Las imágenes fueron impactantes, y sorprendieron a propios y extraños. Además, complicó la visión dentro del terreno y dificultó el cierre del encuentro. Lo más curioso es que el cuadro visitante estuvo cerca de conseguir el empate mientras la humareda entorpecía la visibilidad.
Los fuegos artificiales llegaron en pleno ataque de su elenco. La jugada no llegó a nada y casi termina en un blooper. El arquero de Maipú sacó rápido y se inició un contragolpe que casi termina en un tanto que hubiese significado un empate. No obstante, los leprosos se salvaron y terminaron ganando.