Ni siquiera el ovacionado Roger Federer quiso perderse el enfrentamiento entre Nicolás Jarry (28º) y Stefanos Tsitsipas (5º) en los octavos de final del ATP 500 de Halle. Sin duda, un duelo que prometía mucho y que asomaba como una buena prueba para el tenista chileno, quien está viviendo el mejor momento de su carrera. Siempre enfrentar a un top five es algo difícil, pero Nico tenía a su favor el antecedente de haberlo derrotado en esta superficie hace cuatro años. Y tal como en esa ocasión en s-Hertogenbosch, también salió vencedor, esta vez por 7-6 (7) y 7-5, en una hora y 51 minutos.
El comienzo fue difícil. De entrada, el crédito nacional debió salvar tres puntos de quiebre en el primer game. Y para salir de ese momento de apremio fue clave su servicio, un arma fundamental a lo largo de toda su carrera y que en el césped alemán cobraba todavía más importancia. A partir de ahí, construyó su juego, buscando el revés del griego e intentando cerrar en la red cada vez que los tiros de su rival se quedaban cortos.
Por su parte, Tsitsipas buscó tiros profundos y mover a Jarry para alargar los puntos. La apuesta casi le da resultado en el noveno juego, donde el pupilo de Juan Ozón otra vez estuvo brillante con su servicio para salvar otros dos puntos de quiebre. En tanto, el chileno tuvo dos opciones para ganar el set en el duodécimo juego, pero esta vez el helénico fue el que estuvo notable para mantener su saque y llevar la manga inicial al tie break.
En el desempate, el número uno del país jugó muy concentrado. Logró salvar un set point y con un espectacular punto en la red, en el que mostró grandes reflejos, consiguió el miniquiebre necesario para cerrar con un potente servicio el capítulo por 9-7.
La consolidación
En el segundo set, el chileno no se despegó de su fórmula: continuó con un eficaz saque, lo que le permitió mostrarse muy sólido los juegos en que sirvió. Situación diferente a la de Tsitsipas, quien tuvo que sufrir en el tercer y noveno game para salvar su servicio.
Hasta que llegó el undécimo juego. Ahora, el destino sí le sonrió a Nico, quien logró obtener el quiebre y ponerse arriba 6-5 y sacar por el partido. Ahí, no falló y acabó el compromiso sin ceder puntos en su último juego de saque, ante la ovación de los asistentes y de Roger Federer.
Ahora, el chileno se medirá ante Alexander Zverev (22º), quien superó al canadiense Denis Shapovalov (27º), por 6-2 y 6-4. Ambos están igualados a dos en el historial previo, siendo el último partido para el chileno, quien se impuso en el ATP 250 de Ginebra.
La alegría de Nico y de Ríos
“Fue un muy buen partido de mi parte. Cómo aguanté el primer set mentalmente, con unas condiciones especiales. Terminé jugando muy bien y eso me tiene muy contento. Hubo puntos donde logré estar en un gran nivel. Me da confianza seguir avanzando aquí en Halle”, fue el análisis del tenista nacional tras su victoria.
“Estoy contento, lo más importante es sumar partidos. He tenido buenos entrenamientos, lo más concentrado posible. Hay que estar muy agresivo, hice una buena transición físico para estar bajo y las corridas. Me siento muy bien”, prosiguió.
En tanto, Marcelo Ríos también se sumó a los elogios para el mejor tenista nacional. “Como el hoyo la foto, pero lo importante es lo orgulloso que me siento de Nico, que está jugando con los mejores del mundo y ganando. Como lo dije alguna vez, es ahí donde pertenece. Felicitaciones Juan(entrenador) por el increíble trabajo que han logrado, suerte a ambos”, publicó en su cuenta de Instagram.