Un partido de Champions en la Europa League. Hace 12 años, el Barcelona y el Manchester United disputaban la final de la Liga de Campeones de la UEFA, en Wembley, con Lionel Messi y Wayne Rooney siendo los estandartes de cada institución. Ahora, tanto azulgranas como Diablos Rojos abrieron su serie con el fin de meterse en los octavos de final de la segunda competencia de clubes en el Viejo Continente. En el Spotify Camp Nou, no defraudaron. En un gran duelo, empataron 2-2, por la ida del playoff, equivalente a los dieciseisavos de final.
Más allá del peso específico de cada elenco, el partido encontraba a españoles e ingleses en un buen momento. Los de Xavi Hernández son los líderes de LaLiga, mientras que los pupilos de Erik ten Hag han logrado una sostenida alza de rendimiento que los tiene en las primeras posiciones de la Premier League. El duelo tuvo dos periodos distintos. El segundo tuvo todas las emociones que faltaron en el primero.
Durante los 45 minutos iniciales, el Barcelona dominó el balón pero las ocasiones de gol más cercanas fueron del United. Contó con, a lo menos, tres oportunidades. Primero falló Jadon Sancho, en los 26′. Dos minutos después, el espigado neerlandés Weghorst (el mismo de un mediático encontrón con Messi durante el Mundial de Qatar) se lo pierde mano a mano con Ter Stegen. Y en los 33′, Marcus Rashford casi abre la cuenta, pero su remate es contenido por el golero alemán de los catalanes. Los lamentos de Xavi también pasaron por la salida obligada de Pedri, lesionado.
Para el segundo lapso, vendría lo mejor. En menos de 10 minutos, el encuentro sufrió un remezón con tres anotaciones. En los 50′, el Barcelona abrió la cuenta con un cabezazo de Marcos Alonso, a la salida de un tiro de esquina. Pura emoción para el ex Chelsea, ya que hace pocos días falleció su padre. El defensa se lo dedicó a su progenitor. La ventaja le duraría poco a los locales.
Pasaron solo tres minutos y el Manchester United encontró la igualdad a través de Marcus Rashford, con un ajustado remate que se cuela en el primer palo de Ter Stegen. El estado de forma del delantero británico es total. Después de la Copa del Mundo de Qatar, en la que participó por el seleccionado de Gareth Southgate, suma 14 goles en 16 partidos, una cifra sobresaliente. Y los de Old Trafford lo darían vuelta en los 59′, por un autogol de Jules Koundé, impactando sin querer la pelota luego de un centro.
Faltaba más en un enfrentamiento que contó con una segunda parte de alto vuelo. Los culés intentaban encontrar variantes para acercarse a la portería de David De Gea. Por ejemplo, a través de la pelota detenida. En los 68′, un tiro libre de Lewandowski pasa cerca del arco. Fue un aviso de lo que vendría en los 76′. Cargado hacia la derecha, con perfil cambiado, el brasileño Raphinha envía el balón al área y nadie interviene en la trayectoria, colándose en la portería visitante. Gol del ex Leeds para el 2-2. Podía pasar cualquier cosa en el epílogo.
Un duelo de semejantes características también tuvo su polémica. En la recta final, todo el Barcelona reclamó airadamente un supuesto penal por mano de Fred. Las imágenes de TV dan cuenta del contacto, sin embargo el árbitro italiano Maurizio Mariani no recurrió al VAR.
En definitiva, el partido acabó en una igualdad que deja la serie absolutamente abierta para la revancha, ya que los goles de visita ya no son factor en caso de igualdad en tantos. La vuelta será la próxima semana, en Manchester.