65 días después desde que debió suspenderse por la pandemia del coronavirus, regresó la Bundesliga. Lo hizo en un escenario distinto, hace meses impensado. Sin público, sin abrazos, sin fiesta. Con una serie de medidas para cuidar la salud de los protagonistas, la pelota volvió a rodar. Pese a que fueron tres partidos los que marcaron el reinicio de la actividad en Alemania, todas las miradas estuvieron en la nueva versión del clásico del Rhur entre el Borussia Dortmund y el Schalke 04. Un derbi que los de amarillo lograron ganar por 4-0 y que fue distinto de principio a fin.
Toda la jornada fue atípica. Desde que los jugadores salieron rumbo al estadio hasta que lo abandonaron. Las llegadas de los planteles al Signal Iduna Park estuvieron marcadas por un recibimiento frío, poco visto en un recinto que generalmente está colmado de almas. Los futbolistas aplicaron la distancia social desde que bajaron de sus respectivos buses. Lo mismo en los trabajos previos al cotejo y cuando salieron a rumbo al campo de juego desde camarines.
La salida de los equipos a la cancha estuvo marcada por un ambiente casi silente, donde los gritos de los jugadores y los golpes al balón fueron el origen de un eco que se generó constantemente en el estadio. Los que no estuvieron en la cancha miraron el compromiso con mascarilla puesta, sentados a dos metros de distancia. No hubo foto, saludos ni mayor contacto entre los protagonistas. Al menos, hasta que sonó el silbato del inicio del duelo.
Tanto los locales como los visitantes se mostraron tímidos en los primeros minutos del encuentro. La presión se veía limitada por la sensación de miedo al toque que el Covid-19 ha causado desde su inicio. Y es que aunque fuesen muchas las ganas de los deportistas de volver a la actividad, el coronavirus estuvo ahí, en cada una de sus cabezas. El temor, eso sí, disminuyó con el paso de los minutos y las escuadras lograron acomodarse sobre el césped.
El primer gol tras la suspensión llegó gracias al goleador de los negriamarillos, Erling Haaland. El ariete conectó un centro desde el sector derecho para inaugurar los festejos. Corrió hacia un costado de la cancha para celebrar el tanto, gritando con euforia. Sus compañeros se dirigieron hacia él, pero no se le acercaron por completo. Un breve baile por parte del noruego y a volver a jugar. Lo mismo ocurrió con en las conquistas de Raphael Guerreiro (45′ y 63′) y Thorgan Hazard (48′). Ambos equipos hicieron uso del nuevo reglamento de cambios. Los dueños de casa hicieron cuatro sustituciones, mientras que la visita hizo cinco.
La goleada del Dortmund pasará a segundo plano en un día que estuvo marcado por el regreso de la Bundesliga en medio de la pandemia del coronavirus. Un regreso extraño y alejado de la fiesta. La pelota vuelve a rodar en Alemania, cuando el Covid-19 aún no entrega luces de final.