Universidad Católica tiene un nuevo técnico. El arribo de Tiago Nunes le pone fin al proceso de búsqueda que había partido el 7 de marzo, cuando se comunicó la salida de Nicolás Núñez. La caída frente a Coquimbo Unido, que impidió que los estudiantiles avanzaran en la Copa Sudamericana, precipitó el adiós de su antecesor, que había llegado al club como el técnico de moda en el fútbol chileno, y, por consiguiente puso a la dirigencia estudiantil a explorar alternativas.
La lista de opciones que analizó la gerencia deportiva que encabeza José María Buljubasich fue amplia. Surgieron nombres habituales que suelen merodear al club de la franja. Rodolfo Arruabarrena, Gabriel Milito, Sebastián Méndez y el exseleccionador Eduardo Berizzo fueron algunas de las opciones que el exguardameta y la dirigencia analizaron. El de Nunes comenzó a ganar terreno en los últimos días, justamente después de que los transandinos desestimaran el ofrecimiento.
Un nombre potente, pero con altibajos
En el currículo del entrenador de 44 años hay varios elementos que lo tornan atractivo. El más trascendente: la figuración internacional que alcanzó con Athletico Paranaense, al que condujo al título de la Copa Sudamericana en 2018 y a la obtención de la más testimonial Copa Suruga Bank, el año siguiente. En el Furaçao también obtuvo la Copa de Brasil, en 2019. El palmarés del entrenador considera, además, varios torneos estaduales en su país de origen.
La consagración con el Atlhetico Paranaense lo llevó a grandes clubes en Brasil, aunque con escaso éxito. El 7 de noviembre de 2019 asumió en el Corinthians, en el que duró un año: fue despedido en noviembre del año siguiente, después de una derrota en el clásico ante el Palmeiras. En Gremio duró apenas tres meses en el cargo: una racha de siete partidos sin ganar le costó la salida. A fines de agosto de 2021, el Ceará le confió la responsabilidad de conducir su destino deportivo. En marzo de 2022, la relación se rompió por malos resultados en los certámenes estaduales, que en Brasil tienen una importancia clave.
La cesantía le duró poco. En noviembre de 2022, arregló su llegada a Sporting Cristal, de Perú, en su primera experiencia internacional. El mal comienzo de su campaña con el equipo cervecero lo llevó a amenazar con la renuncia, aunque el diálogo con la dirigencia lo llevó a mantenerse en el puesto. La campaña mejoró y terminó en el segundo puesto del torneo de Apertura. A nivel internacional, logro instalar a la escuadra celeste en la fase de grupos de la Copa Libertadores, aunque remató en el tercer puesto en el lote que completaban Fluminense, River Plate y The Strongest. En la Copa Sudamericana, fue eliminado por Emelec. A nivel local, una mala racha le costó una figuración importante en el torneo de Clausura. El 11 de noviembre estaba fuera del club.
Cinco días después asumió en el Botafogo. Aunque el equipo de Río de Janeiro remató en el quinto puesto y logró un cupo en la Copa Libertadores, en febrero estaba fuera del club por un magro inicio de año.
Perfil vendedor y personalidad fuerte
Nunes llega con la obligación de enrielar la campaña de una escuadra que, además de la desilusión a nivel continental, a nivel local no encuentra el rumbo: suma apenas un triunfo en cuatro partidos. Los hinchas, de hecho, han manifestado su molestia. El domingo se la hicieron saber al plantel a través de un decidor cántico que los jugadores escucharon estoicamente cuando fueron a despedirse, después del duelo ante Audax Italiano.
En su trayectoria, Nunes ha procurado ser un técnico ofensivo. De hecho, utiliza preferentemente el 4-3-3 como sistema de juego base, lo que sugiere una propuesta agresiva, aunque el resultado dependerá, necesariamente del rendimiento de los jugadores que emplee, precisamente la crítica en la que se enfocan los fanáticos y que, por cierto, las estadísticas validan: en el Campeonato Nacional, la UC ha marcado apenas cuatro goles. Ha recibido cinco.
De todas formas, la cualidad que más seduce del entrenador es su perfil de promotor y, por ende, exportador de figuras jóvenes. En este sentido, por ejemplo, en el Athletico Paranaense aún le agradecen la confianza y continuidad que le dio al lateral Renan Lodi. La retribución fue millonaria: cuando el carrilero tenía apenas 20 años, el Atlético de Madrid pagó 23 millones de dólares por su ficha. No se llevaba a un juvenil de proyección, como habría pasado en el fútbol chileno, sino a un jugador con recorrido: ya tenía 42 partidos en el cuerpo y había convertido cuatro goles.
Renan Lodi no es el único nombre que consolidó. Bruno Guimaraes, hoy figura en el Newcastle United, también tiene que agradecerle su explosión. Antes del equipo inglés, el volante jugó en el Olympique de Lyon, que le había abonado US$ 20 millones al Furaçao por su ficha. El defensor Robson Bambu se fue al Niza por US$ 8 millones.
El entrenador dejó una declaración de principios en La Pizarra del DT, que justifica sus decisiones en ese sentido. “Las canteras son fundamentales. Son el futuro. El club que no tiene fuerzas básicas está muerto. O depende mucho de inversionistas o gente con mucho dinero. Eso es complicado”, planteó. En Cruzados, esa definición calza a la perfección con el modelo de gestión que pretende realizar la concesionaria que encabeza Juan Tagle.
En el perfil de Nunes, eso sí, hay un factor que puede generarle problemas: su fuerte carácter. En sus anteriores clubes, de hecho, no ha vacilado al enfrentarse a algunas figuras, con el consiguiente costo: de la mayoría salió precipitadamente.