Un ‘santuario’ para Maradona y una lista de clientes que incluye a Iván Zamorano y Arturo Vidal: el estrecho vínculo futbolero del polémico Salt Bae

Salt Bae sigue en el centro de la polémica. El domingo, el cocinero turco, cuyo nombre real es Nusret Gökçe, ingresó al campo de juego del Lusail Stadium en plena celebración de Argentina, después de arrebatarle la Copa del Mundo a Francia. Si ya esa actitud es discutible, lo que vino después sacó de quicio a varias figuras transandinas, incluido Lionel Messi, quien no pudo ocultar su incomodidad. El chef posó con el trofeo, en un privilegio que la FIFA acota estrictamente y, por supuesto, compartió la hazaña a través de las redes sociales. En esas plataformas, en general, recibió repudio.

Salt Bae, en todo caso, no es un personaje ajeno al fútbol. Si estaba en el centro de la celebración más esperada del último tiempo no era por casualidad. No por nada, es amigo de Gianni Infantino, el presidente de la FIFA. Es decir, el verdadero dueño de casa durante el torneo. El suizo es, de hecho, el primero de una extensa lista de clientes futboleros que han pasado por alguno de los restoranes de la cadena que ha logrado construir. Y, por cierto, el más poderoso. Pero hay más.

En las últimas horas, quizás con el afán de reconciliarle con Argentina, donde su imagen no es precisamente querida, a partir de los excesos del domingo en Qatar, se conoció una imagen significativa. En uno de los locales de Salt Bae hay una suerte de altar para Diego Maradona, quien, por cierto, también lo visitó, consumió sus platos y hasta se retrató con la imagen icónica del chef esparramando sal gruesa sobre un trozo de carne, una acción que no tiene nada de extraordinario para cualquiera que se haya puesto en torno a una parrilla. Menos para un transandino, que considera ese acto como parte de su cultura.

“Reservado”, consigna un cartel sobre una mesa en que, además, se ubica un cuadro que evoca la visita de Maradona al lugar, en la que el astro aparece abrazado con Salt Bae. Un ramo de flores y una vela encendida completan el simbólico cuadro.

Maradona asistió al restorán en 2018 y las imágenes del encuentro no tardaron en viralizarse, precisamente por el impresionado rostro del Diez.

La lista de clientes futboleros de Salt Bae es tan amplia como millonaria. Hay que serlo, necesariamente, para consumir en alguno de esos locales, pues un bistec tomahawk gigante cubierto con pan de oro comestible, el plato estrella, llega a costar $ 1.410.000. Ciertamente, el empresario ha defendido el alto costo de sus especialidades. Lo hizo hace un tiempo, cuando se viralizó una millonaria cuenta por 161.113 dólares, casi 160 millones de pesos, en el local de Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos. El monto se dividió entre 14 comensales. “La calidad no es cara”, destacó Salt Bae.

De los chilenos, Iván Zamorano, Arturo Vidal y Mark González, quienes lograron forjar un considerable patrimonio gracias a sus virtudes futbolísticas, han tenido el privilegio de probar la carta.

A nivel mundial, hay muchos más casos. De hecho, el propio Messi, quien en Qatar lució tan enfadado, ha sido alguno de sus clientes. Hay más, por supuesto. Cuál de todos con más nivel futbolístico y poder adquisitivo: Cesc Fábregas, Thibaut Courtois, Neymar, Kylian Mbappé, David Beckham, Río Ferdinand, Frank Ribéry y Álvaro Morata, entre otros, han probado sus platos.

Grandes figuras del cine, como Leonardo DiCaprio y Al Pacino, también se han dado el lujo de sentarse en algunas de sus mesas.