Uno de los cambios fundamentales que ha tenido Nicolás Jarry en el comienzo de esta temporada está relacionado con su servicio. Un arma que es vital, considerando que el número uno nacional mide 1,98 metros. Sin embargo, a pesar de eso, la velocidad no era tan alta para su envergadura.
En ese sentido, el trabajo de su técnico, Martín Rodríguez, ha sido clave para sacarle mayor provecho al saque. Así, en la serie frente a Ecuador, casi ningún servició bajó de los 200 kilómetros por hora, registrando uno a 233, en el duelo ante Iván Endara. Un registro que lo pone entre los cinco más poderosos en arcilla de los que se tenga conocimiento y una de las 30 mejores marcas de la historia.
"Claramente, Nicolás ha mejorado mucho el servicio y todavía tiene mucho por seguir mejorando. Por su estatura, por su soltura, por su técnica. Y ahora ha cambiado un poco, acortó algo el gesto. Lo está empezando más de arriba, lo cual lo hace ser más simple todavía. Y siempre digo yo que en la simpleza está la grandeza de cada jugador", señala Fernando González, uno que sabe bastante de tiros potentes.
Para el triple medallista olímpico, tener un elemento tan poderoso le facilitará la vida: "Increíble el saque, sacó muy bien. Lo importante es que tiene que seguir aprendiendo a manejar los servicios, las direcciones, los porcentajes... Y, obviamente, que con ese nivel de servicio tiene para ganar muchos puntos gratis, los cuales siempre son bienvenidos".
Martín Rodríguez explica las razones para provocar este giro en su pupilo. "El cambio de armar arriba el saque es porque Nico llega siempre a golpear con mejor impacto y no pierde potencia. Es más, por tener mejor timing y es más preciso", señala.
Además, revela que esta idea estaba pensada de mucho antes, pero recién durante la intensa pretemporada en Santiago se implementó, considerando el nivel de dificultad que implica jugar torneos de primer orden mundial. "Quise que lo cambiara (el servicio) el año pasado, pero no se animó", comenta. Y añade que el hecho de "no caer tan adelante permite reaccionar más rápido a las devoluciones profundas".
Otro que alaba esta decisión técnica y táctica es Horacio de la Peña. El ex tenista transandino valora esta modificación. "En el caso de Nico parece que estaba llegando tarde con el armado. Entonces, se dio cuenta de que acortando un poquitito el armado, logró llegar al tiempo justo. Una cosa que se ve reflejada en eso es que acortando el armado le está poniendo más énfasis al empuje de piernas. Y eso le da más velocidad en el saque".
Para entender las variables del saque, el Pulga destaca: "El sacador tiene que encontrar el tiempo justo entre el armado y el lanzamiento. Si tú tardas dos tiempos en hacer el armado y un tiempo y medio en el lanzamiento, siempre llegarás tarde. Hay que calcular exacto entre el lanzamiento de pelota y el armado. Algunos jugadores compensan tirando la pelota más alta, como Berdych o Hrbaty, y otros compensan con el armado más corto. Lo importante es llegar en el tiempo justo, que es lo que se necesita, sino no llegas bien".
De la Peña, asimismo, destaca los números de Jarry. "No hay que confundirse, Nico estaba jugando en Santiago, en el Estadio Nacional, temprano, en condiciones de altitud, calor y poca humedad, lo que hace que la pelota vaya más rápido. Pero igual, la variación es sólo de algunos kilómetros. De todos modos, el número 233 es altísimo en donde lo veas", expresa.
Con apenas dos meses, el servicio de Jarry intimida a cualquier rival y eso que todavía le queda por perfeccionarse. Esta semana, en la altitud de Quito, habrá una nueva oportunidad de seguir rompiendo marcas y sumando puntos para una prometedora carrera en el circuito.