Un talento en permanente riesgo: el historial de polémicas e indisciplina de Iván Morales

Iván Morales

El delantero de Colo Colo, acusado por sus vecinos por organizar recurrentes fiestas en el departamento en que vive, en plena época de pandemia, ha sido protagonista de varias situaciones controvertidas que han frenado su consolidación.



Iván Morales ya tiene 21 años, pero en Colo Colo aún esperan el despegue definitivo que consolide el potencial que mostró desde que estaba en las divisiones inferiores. Potencia, velocidad, buena envergadura física y, lo más importante, gol, configuraban en él una promesa de proyecciones insospechadas. Sin embargo, aún no consigue consolidarse y en ello mucho tienen que ver las polémicas y los actos de indisciplina que ha protagonizado durante su corta, pero intensa trayectoria. La última es la denuncia de un grupo de vecinos del edificio en el que habita en Las Condes. Lo apuntan por las permanentes fiestas que se organizan en el lugar, con las consiguientes molestias y, ahora, el riesgo derivado de la pandemia. La acusación puede traerle problemas al futbolista a nivel del club: este miércoles, el directorio de Blanco y Negro discutirá sobre la materia. En el lío se involucró hasta el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín. “La comunidad presentó querella contra él y quienes resulten responsables. Como municipio, nos haremos parte para esclarecer”, tuiteó el edil.

Desde que irrumpió en el equipo albo, Morales ha tenido que lidiar con su perfil díscolo. Tenía 17 años cuando Pablo Guede lo promovió al primer equipo albo. Un mes después, convertía su primer gol, a Huachipato, por la Copa Chile. En diciembre anotó su primera conquista en el campeonato nacional, a Palestino. En Pedreros ya lo ungían como el relevo natural de Esteban Paredes, quien, además, lo apadrinó. El Tanque hasta compartía la concentración con la nueva promesa. Sin embargo, a poco andar, la historia comenzó a enredarse. Fue el mismo Guede quien lo mandó de vuelta a las divisiones inferiores. “Me falta madurar fuera y dentro de la cancha. Me faltan muchas cosas. No creo que haya sido por mi personalidad, pero sí hubo una baja en mi rendimiento, cosa que hay que aceptar”, aceptaba en esa oportunidad. “Fue fuerte, obviamente. Verte con los mejores jugadores del país y después bajar a entrenar es complicado. A todo jugador juvenil le toca”, añadía.

Más polémicas

Morales, en rigor, cambió poco. Héctor Tapia estaba en la banca del Cacique cuando la ANFP comunicó que el jugador quedaba al margen de la convocatoria para los amistosos de la Sub 20 frente a Uruguay y Paraguay. Los “motivos familiares” que esgrimieron en Quilín fueron atribuidos más tarde a un nuevo acto de indisciplina. Tito tuvo que respaldarlo, aunque los más experimentados del plantel le golpearon la mesa al delantero.

Con Mario Salas en la banca, volvió a tener problemas. Primero por atacar a la U en la antesala del Superclásico que se disputó en mayo de 2019 en el Estadio Nacional. “Me gustaría ver a la U en la B, porque es nuestro clásico rival y es como una vergüenza, por así decirlo, para ellos”, declaró. En esa oportunidad, tuvo que darles explicaciones a los principales referentes del plantel albo. Entre ellos, a Paredes, su mentor, quien le tiró las orejas. “Uno comete errores y se dicen cosas que se pueden pensar, sí, pero que no se puede decir... Iván se acercó hoy y conversó con algunos de nosotros. Está arrepentido de lo que dijo. Son situaciones que se les escapan de las manos a los más jóvenes. Nosotros, los más grandes, a veces también caemos en las preguntas de la prensa”, sentenció el goleador histórico.

En agosto del mismo año, el Comandante lo marginó del primer equipo albo. Las explicaciones, esa vez, apuntaron derechamente a la indisciplina del jugador. Salas no lo citó a los encuentros frente a O’Higgins y Unión Española y desde el club albo surgió de que se había presentado con hálito alcohólico en la antesala del partido frente a Curicó Unido. Naturalmente, en el círculo más cercano al oriundo de Longaví desvirtuaron la acusación. Por esos días, y sobre todo frente a la indiferencia de Salas de utilizarlo, los agentes del futbolista se dieron a la tarea de buscarle una salida al extranjero. Decían tener una propuesta del Sporting de Gijón por un préstamo que incluía una opción de compra por US$ 3 millones. Lo concreto es que Morales nunca ha salido de Macul.

Ganas de irse y sobrepeso

En febrero de 2020, ante la indiferencia de Salas por darle minutos de juego, Morales clamó que lo dejaran partir. “Creo que el club tiene que pensar que no puedo jugar dos o tres partidos. Ojalá no piensen en ellos y piensen en mi carrera”, disparó. “Creo que el club le da prioridad a jugadores que vienen de afuera. En verdad quiero ver qué pasa. La verdad es que quiero jugar, tener continuidad y si no se puede en Colo Colo, que es el club que amo, veré qué es lo mejor para mi carrera”, añadió.

En rigor, oportunidades no le han faltado. Desde su estreno, el atacante registra 55 partidos en Primera División, en los que ha marcado apenas 10 goles, uno de ellos en el actual torneo, frente a Antofagasta. Por la Copa Chile suma siete más, con dos conquistas. Además, registra dos partidos en la Copa Libertadores y uno en la Copa Sudamericana. Nunca marcó.

Además de la indisciplina, otro factor ha acompañado permanentemente la carrera de Morales: el sobrepeso. En marzo de 2017, el ariete se responsabilizó por la condición física en que volvió a Macul después de haber disputado el Sudamericano Sub 20. En esa oportunidad, retornó al Cacique con cuatro kilos sobre su condición ideal. “Más que la preparación en la selección o acá, fue un descuido mío. Debí ser más profesional y reconocer como trabaja mi cuerpo. Bajé de peso y estoy a punto en la parte física”, admitió en esa oportunidad, respecto de una polémica que incluso enfrentó a los cuerpos técnicos del Cacique y de la Roja. Tres años después, logró ponerse a punto sobre la hora. Fue en esa oportunidad que Carolina Lillo, la nutricionista que consiguió moldearlo, develó el motivo de su permanente sufrimiento. “Iván siempre va a tener problemas con el peso. Iván se aburre de las dietas, se aburre porque dice que siempre es lo mismo. Que el arroz integral, que el pollo. A él le encanta la palta y yo se la tengo que restringir porque es muy calórica”, declaró a La Tercera.

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