Un triunfo a su altura

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Tiger Woods ganó la final del PGA Tour, circuito que coronó a Justin Rose como el mejor del año.



Hace 12 meses ni siquiera se sabía con certeza si volvería a jugar golf. Ni él lo sabía, el mejor jugador del mundo (o el segundo). Pero Tiger Woods se propuso regresar. Las lesiones y, más atrás, las polémicas, no iban a detenerlo y este año regresó al PGA Tour con todo.

Que no ganara un major desde el US Open de 2008 ni obtuviera otra victoria desde agosto de 2013 importaba poco. Ya en marzo mostraba signos de que estaba de vuelta. Fue segundo en el Valspar y luego, quinto en el Arnold Palmer y hasta cerró sublíder el PGA Championship, su mejor major del año.

Pero la historia lo esperaría hasta este fin de semana, en que los apenas 30 mejores jugadores del circuito del PGA disputaban el torneo final, el que determinaría, además, al mejor del año.

Ese fue el campeonato en que Tiger volvería a poner su nombre en un trofeo. Es el certamen más importante de la gira regular en Estados Unidos.

Partía el día con la historia de su lado. Nunca había perdido un campeonato entrando al último día como líder con tres golpes de ventaja y esta no sería la ocasión. No fue un día brillante, anotó tres bogeys, además de dos birdies, pero suficiente para ganar el PGA Tour Championship.

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"Al inicio del año esto parecía imposible. Trataba de probarme a mí mismo que podía controlar el swing y la presión que eso implica", señaló Woods, quien sube hoy al puesto 13 del ranking mundial, su mejor lugar en cuatro años.

Sobre el campeonato, afirmó que "fue una gran pelea ahí afuera, con condiciones bien difíciles, uno tenía que bajar la cabeza y pegar los tiros necesarios nada más".

Hasta pocos minutos antes de que terminara el torneo, Woods se estaba quedando además con la FedEx Cup, es decir, se estaba coronando como el mejor jugador del ranking anual. El líder defensor, Xander Schauffele, se había desplomado, pero el favorito era otro, el inglés Justin Rose, quien se enfrentaba al hoyo final con la obligación de hacer un birdie para quedar como uno del año. Con algo de suerte, luego de que su approach rebotara hacia el green, lo consiguió.

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