Lo vivido en la primera semifinal de la Copa América se transformó en un bochornoso espectáculo del VAR. Hubo situaciones que nos hacen volver a los años setenta,  desprolijidades de los encargados de poner justicia, que sin duda marcaron la historia del fútbol. El encuentro de ayer también será recordado.

Hoy, pese a toda la tecnología y avances para dar justicia al fútbol, seguimos igual o peor. Lo de ayer grafica que la aplicación del VAR se hace según el color de la camiseta

El clásico de América, entre Brasil y Argentina, fue una demostración de la inoperancia de árbitros para la aplicación del  tan cacareado VAR. Una injusticia por donde se la mire. La no sanción de los escandalosos penales a Otamendi y el Kun son dos muestras. Sobre todo, por la falta caprichosa de revisión.

Hubo mucho más para avergonzarse. Descontrol del juego brusco, indiferencia ante las simulaciones, permisividad con el comportamiento del seleccionador de Argentina, Lionel Scaloni. El ecuatoriano Zambrano fue un árbitro sin personalidad y carácter.

El encanto del fútbol va peligrosamente en decadencia. De momento, ya estamos avisados: cuando juegue Brasil, no se aplicará el VAR.