Era 2007 y la atleta chilena Natalia Duco (29) y la trinitense Cleopatra Borel (38) se conocieron durante los Juegos Panamericanos de Río. Borel entonces se llevó la medalla de bronce (18,22 metros); hoy es la campeona panamericana de lanzamiento de bala y su mejor lanzamiento al aire libre es de 19,42. Duco fue finalista (16,92 metros), algo que ha repetido ya en dos citas olímpicas, estableciendo su mejor marca en 18,80. Han pasado once años y entre torneo y torneo, ha ido surgiendo una gran amistad. Hace unos días, Cleopatra viajó a Chile por primera vez para entrenar y competir en Temuco junto a Natalia.
Cleopatra, que en griego significa "gloria de su padre", cumple con su nombre. Comenzó en el levantamiento de peso siguiendo los pasos de su papá, Reymond Borel, quien competía en su país, Trinidad y Tobago. Y desde ese momento, no lo dejó más. Continuó en la universidad, mientras estudiaba psicología en Estados Unidos y se ganó una beca, lo que fue clave para el desarrollo de su carrera. "Mi intención era dedicarme a esto por dos años más. Me gradué en 2002 y había decidido ser profesional hasta los Juegos Olímpicos de Atenas y retirarme. Eran sólo dos años de mi vida, me sentía bien, ya que podía trabajar en lo mío luego. La ventana para ser atleta es muy pequeña, entonces decidí tomar ventaja. Pero continué y continué, hasta hoy", dice riendo.
Desde esa cita de Atenas en donde ubicó sin acierto su retirada, ha clasificado a todos los Juegos Olímpicos, ha participado en 12 Mundiales de Atletismo, seis al aire libre y seis en pista cubierta. En los Panamericanos de Toronto 2015, se quedó con el oro tras alcanzar los 18,67 metros y busca repetir la hazaña en Lima 2019.
Hoy, Cleopatra divide su tiempo entre su país natal y Cuba, el país de su entrenador, Abdel Murguía. Pero este año decidió cambiar los pasajes rumbo a Chile. "Estábamos buscando un campo de entrenamiento, y mi coach conocía a la de Natalia, Dulce Margarita, así que entre todos nos organizamos y aquí estoy", expresa feliz.
La atleta chilena afirma que cuando Borel mostró interés en venir a Chile, el sí fue inmediato. "Que una deportista de su nivel quisiera venir a entrenar conmigo, es un orgullo tremendo", expresa Natalia.
Contrincantes y amigas, así podría definirse su relación. Han compartido pista en diversos campeonatos, incluyendo los últimos tres Juegos Olímpicos (Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016), y hoy se acompañan en sus entrenamientos, se aconsejan y motivan. "Conozco a Natalia hace mucho tiempo, nos hicimos amigas en el circuito internacional y desde ahí siempre hemos mantenido el contacto", afirmaba Cleopatra durante un descanso en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), donde se alojó durante su estadía en Santiago.
Estuvo en Chile poco más de un mes, entrenando casi a diario con Duco. Viajaron a Temuco, donde compitieron en un mitin internacional de lanzamiento, y entre tanto, hubo tiempo para celebrar el cumpleaños de Natalia, quien cumplió 29 a fines de enero. "En este viaje nos hemos conocido mejor, conocí a su mamá, a su tía y a su abuelita", comenta riendo, al intentar hablar en castellano.
Dice que le gusta Chile y que se ha llevado una grata sorpresa, y que en un futuro, le encantaría replicar un sistema así en su país. "Estoy impresionada, sobre todo de la forma en que las cosas están organizadas. Si estás inserta, no te tienes que preocupar de muchos factores externos, y te puedes enfocar solamente en entrenar", argumenta Borel. Ante ello, Duco agrega: "Es muy lindo mostrar mi país a deportistas de alto nivel, dónde entrenamos y las condiciones que tenemos. Me encanta dar a conocer Chile al mundo, mostrar que estamos mejorando".
Con vasta experiencia en la pista, Cleopatra rescata el impulso que Natalia Duco y Claudio Romero le han dado al lanzamiento en Chile. Además, destaca el cariño que la gente le tiene a su amiga: "Es increíble cuánto la quieren, sobre todo en un deporte que no es tan popular como el nuestro".
A punto de cumplir 40, Cleopatra ya no tiene en sus planes el retiro, ni siquiera lo piensa. "No hay por qué limitarse, uno puede competir hasta que quiera y se sienta bien. Y eso es lo que más admiro de Clepatra", afirma su amiga Natalia. "Con ella he aprendido que no hay por qué limitarse. Uno puede durar lo que quiera, todo está en la mente. Cleopatra es una linda persona, hemos construido una muy linda amistad y ha sido un gran aporte para mí", agrega.
Tanto Natalia como Cleopatra tienen ahora el foco puesto en el Mundial en pista cubierta de Birmingham que se disputará en marzo de este año, y al que buscan clasificar. Y como siempre, tan rivales como buenas amigas.