Una auténtica pesadilla vivió el piloto chileno de Husqvarna Pablo Quintanilla en la décima y última etapa del Rally Dakar. El sanantonino debía arriesgar para tratar de arrebatarle el triunfo final en la categoría de motos al australiano Toby Price, de quien le separaba apenas un minuto.
Pero rebasado el kilómetro 10 del tramo cronometrado de 112 que conectaba Pisco con Lima, el motociclista nacional sufrió una aparatosa caída al saltar de un duna que le hizo perder más de ocho minutos en el primer punto de control y despedirse virtualmente de todas sus opciones de título.
Quintanilla, que realizando un esfuerzo titánico logró retomar la marcha, cedió 12 minutos en el WP2 y terminó cruzando la línea de meta a 19'44'' del ganador de la etapa y del rally, un brillante Toby Price. El también chileno José Ignacio Cornejo fue el segundo hombre más rápido de la jornada en la categoría.
Tras minutos de preocupación y largo suspenso, Quintanilla realizó su llegada en solitario a la meta y fue atendido durante más de media hora tras descender cojeando ostensiblemente de la moto. Fue allí donde supo que acababa de ser oficializado como el tercer mejor motociclista del rally más duro del mundo. Sin embargo, algunos minutos más tarde y en una decisión insólita sin comunicado previo, la organización del evento decidía acoger la queja de Sam Sunderland, penalizado ayer con una hora por conducta antideportiva, elevándolo al tercer cajón del podio y desplazando así una posición al chileno.
Tras las primeras exploraciones médicas realizadas, el sanantonino presentaba problemas en el antebrazo derecho y el tobillo izquierdo, siendo esta última, en apariencia, la afección de mayor gravedad, al poder tratarse de una fractura.
Pese al dolor, el motociclista, que tuvo que ser ayudado incluso a subirse a la moto, tuvo que completar el enlace hasta el podio de Lima por sus propios medios para poder ratificar su posición final.