Francia llegó al Mundial con el cartel de candidato, entre otras razones por la gran calidad de sus futbolistas. Pero una riqueza adicional que posee el combinado galo de Didier Deschamps radica en la multiculturalidad de sus jugadores, un ejemplo vivo de lo que ha sucedido en Europa en los últimos años.
Futbolistas con diferentes descendencias representan a un combinado nacional que históricamente se abrió a esto. Es cosa de recordar algunos casos como Jean Tigana, quien nació en la actual Mali; Zinedine Zidane, descendiente de argelinos; el franco-argentino David Trezeguet o el exdefensa Marcel Desailly, nacido en Accra, la capital de Ghana.
Más allá de polémicas con tintes racistas que en el último tiempo han enturbiado el ambiente en el Viejo Continente, el fútbol escapa de cierta manera. De los 23 jugadores con los que cuenta Deschamps en Rusia, 14 tienen descendencia de otras nacionalidades, fundamentalmente africanas.
Con 19 años, Kylian Mbappé es la estrella francesa. Su padre, Wilfried, entrenador y su agente, es de origen camerunés, mientras que su madre, Fayza, argelina, era jugadora de balonmano. Ambas selecciones africanas consultaron por la chance de que el joven ariete del PSG los representara, algo que evidentemente no prosperó.
Los orígenes del resto de los futbolistas plurinacionales son: Congo (Mandanda, Kimpembe, de madre haitiana, y N'Zonzi), Camerún (Umtiti), Marruecos (Rami), Senegal (Sidibé y Mendy), Guinea (Pogba), Togo (Tolisso), Mali (Kanté y Dembélé), Angola (Matuidi, de madre congoleña), y Argelia (Fekir). Hay un par de casos en los cuales jugadores tienen orígenes en Martinica (Varane) y Guadalupe (Lemar), no obstante esos lugares son regiones de ultramar que cuentan como territorio francés.
Pese a tener una selección cosmopolita y diversa, Deschamps ha sido foco de críticas. Previo a la Eurocopa 2016, Karim Benzema indicó que su no presencia en el equipo, más allá de su polémica con Mathieu Valbuena, se debe a que el DT lo descartó por racismo. El delantero del Real Madrid dijo, en esa ocasión, que el técnico "se había plegado a la presión de una parte racista de Francia". El punto es que, en la práctica, ese supuesto racismo del técnico no se percibe en la nómina al tener, por ejemplo, a musulmanes como Pogba y Kanté.
Este fenómeno no solo tiene a Les Blues como ejemplo en la Copa del Mundo. Otras selecciones están atravesadas por la multiculturalidad. Es el caso de Bélgica, con fuerte presencia de descendientes congoleños (Kompany, Lukaku, Boyata y Batshuayi). También se da en Suiza, que tuvo en el torneo jugadores con orígenes tan diversos como Camerún (Embolo), Costa de Marfil (Djourou), Nigeria (Akanji), Kosovo (Shaqiri y Behrami), Albania (Xhaka), Croacia (Drmic) e incluso Chile y España (Ricardo Rodríguez).