Una lista sin margen de error: la historia de la Roja presiona a Gareca en una doble fecha Eliminatoria decisiva
Este viernes, el entrenador entrega la lista con la que afrontará los choques ante Brasil y Colombia. Lo hace apremiado por la necesidad de resultados, una situación agravada por la notoria falta de variantes.
La de este viernes no es una jornada de mero trámite para Ricardo Gareca. Bien puede considerarse decisiva. El entrenador entregará la lista con la que afrontará los partidos frente a Brasil y Colombia. A estas alturas, casi está de más decir que esos encuentros terminarán por definir una opción mundialista que para Chile aparece cada vez más escasa, sobre todo después de la más previsible caída ante Argentina y del papelón ante Bolivia, un partido que la Roja estaba obligada a ganar.
El Tigre no solo entregará 26 nombres. No estará Alexis Sánchez. Ese listado también contendrá conclusiones. El seleccionador tiene un mes menos como recurso si se trata de excusarse por un eventual desconocimiento de los futbolistas que podría considerar. Y, al contrario, un mes más para haber determinado, junto a su staff, la fórmula para afrontar, probablemente, la fecha doble más compleja que considera el calendario de las Eliminatorias. En el primer caso, por la jerarquía del rival. En el segundo, también, por el factor adicional: el horno que representa Barranquilla.
La historia de la Roja aconseja a Gareca
El actual momento de la Selección produce reacciones encontradas. Por un lado, sobre todo en los hinchas, decepción. Y, consecuentemente, lejanía. De hecho, para el partido frente a los altiplánicos costó vender las 25 mil entradas que pudieron ponerse a la venta para el duelo en el Estadio Nacional. Entre los especialistas, las críticas al funcionamiento del equipo nacional se alternan con el intento de sugerir medidas para salir de la crisis.
Gareca recibe reproches, pero también algunas señales. “Estuve viendo a Echeverría y tendría que ponerlo. No es Vidal, pero tiene la misma actitud. Pisa el área, marca goles. En el medio tiene que hacer cambios. Arriba no tendrá a Alexis. Vargas es un enigma. En la mitad tiene que meter mano, sí o sí. No hay fútbol, no hay quien meta un pase profundo, quien ponga la pelota al piso”, dice, por ejemplo, Leonardo Véliz, mundialista en Alemania 1974.
El Pollo también aboga por modificaciones en la propuesta. “Veo cierta obsesión por aferrarse al sistema. No a los nombres, porque tampoco tiene mucho que elegir. Tiene que meterle mano al mediocampo. No hay fútbol, no hay quien meta un pase profundo. No hay quien ponga la pelota al piso. Entonces, tiene que retocar. No hay otro camino”, sentencia.
“Todos los técnicos pasan por una adaptación. A veces es más rápido y mejor. Es un proceso natural. Más que recomendarle, él debe tener claro que llamar a los que corresponde de acuerdo al nivel que muestren en los clubes, más que el equipo que tenga en la cabeza”, apunta Waldo Ponce, mundialista en Sudáfrica 2010, quien fue dirigido por Gareca en Vélez Sarsfield.
Chilenizar el staff
Mario Soto, quien jugó el Mundial de España en 1982, repara en un problema más profundo, que termina afectando decisivamente el trabajo del técnico. “Hay un problema más estructural. La Selección es la vitrina del momento. Se desvirtuaron las competencias. Se está jugando poco. Nosotros, que somos un país productor de jugadores, tenemos 16 equipos, 30 partidos. El jugador necesita son los partidos. Estamos fuera de eso. Hay una cosa estructural, profunda. Ahí parte todo. El jugador se hace en la cancha. El trabajo en la semana es importante, pero las condiciones se muestran en los partidos. Por eso no se genera el famoso recambio. No se generan grandes jugadores. Los que están afuera no son de primer nivel tampoco”, apunta.
Puesto en ese escenario, el histórico defensor de Cobreloa coincide con Véliz en un ajuste táctico. “Quizás tendría que aferrarse a un 4-3-3, que es el sistema que históricamente acomoda a los chilenos”, plantea. Y llega a compartir el análisis que ha realizado el seleccionador del momento en que está. “Cuando llegó dijo que buscaría los nombres. Lo que pasa es que a todos los quieren echar. Pasa en la política y en el fútbol está pasando lo mismo. Porque después quién viene. Con Gareca ya hay un año ganado en conocimiento. No es un ignorante en el fútbol. Su diagnóstico no es tan equivocado. Lo que necesita es ver. Una cosa es lo que le comentan sus asesores, otra lo que puede ver por la televisión; la tercera es lo que puede apreciar en el estadio y la última es tener a los jugadores al mando. Por eso entiendo el trabajo que está haciendo”, establece.
En esa línea, Soto plantea una solución que el Tigre suele ocupar en los equipos que dirige: la introducción de un referente en el equipo de trabajo. “Gareca necesita tener alguien nuestro, un chileno, cerca. Que conozca más el medio, las actitudes respecto del trabajo. Lo que falta, por ejemplo, es disciplina respecto del trabajo. No hablo de mal comportamiento, sino disposición a tareas en los entrenamientos, a las repeticiones, por ejemplo. Tiene que tener un chileno, porque el jugador chileno es distinto al argentino, por ejemplo”, apunta. En la actualidad, el Tigre trabaja con profesionales nacionales, aunque buena parte son transandinos. De hecho, hay una suerte de cuartel general que funciona en Buenos Aires.
Abrirse a la historia y encontrar un líder
El exdefensor apunta otro aspecto relevante: la necesidad de abrir el espectro, precisamente ante la falta de alternativas. “No me meto en su elección respecto de los jugadores. Tiene que llamar al que corresponde. Si tiene que ser Vidal, Medel o quien sea, que lo haga. Lo digo en el sentido que no sienta el límite del recambio. La decisión que tome la adoptará en función de mejorar. Hay que darle margen para que pruebe. Si se equivoca, se criticará. Pero él tiene la prerrogativa. Nos olvidamos de la historia. Esto pasó después del 62, del 73, del 98. Pasó siempre. En el 85′, nos llamaron a Leonel Herrera y a mí para jugar contra Ecuador. No habíamos entrenado nunca con el equipo, pero conocíamos el sistema”, explica.
“Eso le abre la puesta a los históricos. El ejemplo es Isla, que tiene más edad que cualquiera. Depende de lo que necesita y el rendimiento. Se le ve esa apertura. Ahora está el nivel de Arturo Vidal en Colo Colo. Es un jugador para considerarlo. El rendimiento le podría servir”, sostiene Ponce.
La búsqueda también abarca jugadores jóvenes. “De repente comento con mis amigos y me faltan (Maximiliano) Guerrero o (Marcelo) Morales, pero ahí está el gusto del técnico. No hay mucho más jugadores que marquen diferencias”, añade el exzaguero.
En lo que sí difiere respecto del adiestrador es en un aspecto que considera fundamental. “Lo que sí siento es que falta el liderazgo importante. más allá de lo que dijo del grupo. El que toma las decisiones, el que indica ir por un lado. Eso requiere un liderazgo. Dos o tres que guíen el camino, más allá del conjunto”, enfatiza.
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