Gustavo Cerati cumpliría, hoy, 64 años. No pudo ser, porque transandino falleció en septiembre de 2014, cuatro años después de que perdiera la conciencia después de un concierto en Caracas. Cuatro años en que su familia y sus fanáticos esperaron una recuperación que no llegó. Sin embargo, desde que cambió de dimensión, o quizás antes, nació el mito: la historia lo recuerda como uno de los principales músicos latinoamericanos, por su decisivo rol en Soda Stereo y, por cierto, por una también destacada producción como solista.
De lo que se habló menos fue de su cercanía con el fútbol. Que la tuvo. El músico era un reconocido fanático de Racing y, también, de la selección argentina. Y hay dos episodios que lo ligan, de alguna forma, al balompié chileno.
Una ‘pichanga’ de culto
Cerati jugó en una cancha chilena. Lo hizo en 1987 cuando, con Soda Stereo, llegó a Puerto Montt para presentarse en la Semana Puertomontina, que se desarrollaba en el estadio Chinquihue, entonces el principal centro de reunión de la capital de la región de Los Lagos.
En ese marco, junto a sus compañeros de banda, llegaron al recinto horas antes del concierto para realizar la habitual prueba de sonido. El ensayo no pudo materializarse. Al menos, plenamente. Justo en ese momento, se produjo una falla eléctrica en el lugar, por lo que los músicos quedaron impedidos de utilizar sus instrumentos. Naturalmente, la sesión tuvo que suspenderse.
Cerati ni sus compañeros, Zeta Bosio y Charly Alberti, perdieron el tiempo. De la nada apareció un balón de fútbol que sirvió para hacer más llevadera la situación. Se armaron dos equipos: por un lado estaban los músicos argentinos y su staff más cercano y, por otro, los sonidistas chilenos que prestaban apoyo para la realización del evento. El resultado del improvisado encuentro nunca se supo, pero la escena del vocalista de la banda intentando controlar la pelota forma, hasta hoy, parte de los mejores recuerdos de la historia del actualmente remozado escenario.
En una camiseta
Muchos años después, Cerati volvió a una cancha chilena, aunque en otra manifestación. Felipe Núñez, entonces arquero y capitán de Palestino, es uno de los seguidores más connotados del transandino en el país y no dudó en rendirle un homenaje.
En 2011, cuando Cerati aún luchaba por su vida, el golero árabe lució en varios encuentros una camiseta que tenia varias imágenes de su rostro, a la usanza del artista Andy Warhol, ícono del pop art.
Entre ambos se había producido un encuentro, precisamente cuando el actual entrenador de Deportes Recoleta había militado en el fútbol llanero. “Tuve la suerte de conocer a Cerati en Caracas y me dan ganas de ir a Buenos Aires a visitar a su madre. Quiero atreverme a ir para darle las gracias por ser madre de alguien que, sin querer, me ha acompañado toda la vida”, explicó al momento de la muerte de su ídolo. También lo despidió a través de un sentido mensaje en su cuenta en Twitter.