Es viernes 11 octubre, son las 10 de la noche y aunque la U dio vuelta la llave y acaba de eliminar a Cobresal de la Copa Chile, el pensamiento está puesto en el jueves venidero, ante Iquique.
Ese día, el Romántico Viajero se juega gran parte de su permanencia en la categoría de honor. Es el partido que realmente importa. El que puede torcer la historia en su favor o derechamente condenarlos a la B. Y lo hace habiendo quedado como colista absoluto tras la victoria de la U de Conce.
Apenas tres puntos separan a los universitarios del conjunto nortino. Una victoria los sacaría de los puestos de descenso por diferencia de gol. En cambio, una derrota alejaría a los Dragones Celestes a seis puntos. Toda una vida para un equipo estudiantil que por el torneo apenas ha ganado tres partidos en el año.
Es, según cuentan desde el búnker azul, el rival que desde que está en esta situación compleja, siempre se ha visto como el gran contrincante por la permanencia. Por el que se vienen mentalizando hace rato.
Es por eso que Hernán Caputto y su cuerpo técnico habían definido que el plantel no tuviera descanso. Pasando o quedando en el camino ante los mineros, la U no tendría día libre. La cercanía del choque contra Iquique obligó también a ello. En el CDA no hay espacio para relajo.
Y así como no hay pie para bajar la guardia, tampoco lo hay para el pesimismo. El paso a semifinales de la Copa Chile, sobre todo por la forma, fue una inyección de buen ánimo en el CDA. El ambiente de funeral post Superclásico cambió diametralmente.
El técnico y su cuerpo de trabajo no han querido variar mucho la metodología. Como todas las semanas, sí mostrarán videos sobre las fortalezas y debilidades del rival, pero no quisieron hacer una pieza audiovisual especial para este compromiso. Dicen en el laboratorio estudiantil que mucha carga puede agotar a los jugadores. Y que el envión del partido con los mineros es la mejor vitamina. "Porque se pudieron dar cuenta que sí que podemos obtener buenos resultados jugando así", señalan en la Avenida El Parrón.
Este lunes, por ejemplo, tras el trabajo físico y las actividades de fútbol reducido, hubo espacio para la práctica de tiros libres a modo de ocio. Algunos, medio en broma medio en serio, agradecen a la Virgen que se instaló la semana pasada, que, como en el fútbol, debutó con triunfo.
En medio de eso, el técnico azul debe zanjar tres decisiones: los reemplazantes de los suspendidos Camilo Moya y Leandro Benegas, además del protector del arco: Fernando de Paul o Johnny Herrera. El ídolo o el que lo sentó. Quien viene con el ánimo por las nubes tras el paso a la semifinal de la Copa o quien tuvo una actuación con dudas ante Colo Colo. Por ahora, Caputto no ha dado señales de cambiar la tónica de que uno ataja en Copa Chile y el otro en el torneo, aunque, dicen en el CDA, no hay que descartar nada.
La dirigencia también aporta lo suyo. Quieren que el Nacional sea una caldera. Es por eso que, por ejemplo, ofrecen un 2x1 en todas las localidades del recinto. Y los abonados pueden invitar un abonado. El estadio, que está a un 90% de su capacidad por las remodelaciones para la final de la Libertadores, estará a tope.