Colo Colo y Magallanes animarán, este domingo, la definición de la Supercopa. Será un partido marcado por la nostalgia. No solo se medirán los últimos campeones del fútbol chileno. También lo harán dos entidades de historias íntimamente ligadas. La afirmación que consigna que “Magallanes es el padre de Colo Colo” forma parte del diccionario colectivo del fútbol chileno. La frase no pretende ser despectiva ni alude a una eventual supremacía estadística de los albicelestes sobre los albos, sino al origen del equipo más popular de Chile, indisolublemente ligado a la Vieja Academia.

Hay que remontarse al 4 de abril de 1925 para encontrar la explicación histórica. Por esos días, la facción más joven del plantel magallánico estaba descontenta con el manejo institucional y, sobre todo, con las escasas oportunidades que recibían los elementos más promisorios para participar en los respectivos partidos. De ahí surge una frase que suele situarse como un hito fundacional del Cacique: “Vámonos Quiñones, que jueguen los viejos”. Quien la pronunció es reconocido hasta hoy como la figura más importante de la historia alba: David Arellano Moraga. El profesor normalista fue primer capitán del equipo popular.

Dos semanas pasaron para que se concretara el atisbo de rebelión. El 19 de abril, en el estadio El Llano, se fundó el que con el tiempo se transformaría en el club más importante del balompié nacional, una afirmación que se sustenta en su popularidad y sus logros. Originalmente, se le llamó Colo Colo Football Club. Sus primeras insignias no contenían el araucano que la caracteriza hasta hoy, aunque sí los colores azul, rojo y blanco que buscaban reflejar la chilenidad. Eso sí, la figura apareció en un emblema utilizado en la gira europea de 1927. El nombre de la nueva institución tampoco es casual. Reconocía la sabiduría del cacique que, a su vez, había recibido la denominación que corresponde a un felino que habita en la zona central del país.

Una rivalidad histórica

De paso, nacía, también, la primera gran rivalidad del fútbol chileno. Con propiedad, el primer clásico del balompié nacional. En Magallanes acusaban a rebeldes de separarse para intentar instaurar el profesionalismo, una categoría mal vista en la época. La herida fue más profunda después de que los albos se quedaran con el primer enfrentamiento entre ambos, por 2-0. Anotaron Luis Contreras y Arellano y el partido terminó a los puños. La superioridad se extendió hasta 1932, el año previo al inicio del profesionalismo en Chile. Cinco victorias para Colo Colo y cuatro para Magallanes establecieron el registro. Los partidos se jugaban a estadio lleno.

En 1933, sin embargo, la historia se revertiría. Magallanes se consagró como el primer campeón del incipiente fútbol profesional chileno. Venció, precisamente, a Colo Colo. La definición se jugó en los Campos de Sports, el 5 de noviembre de ese año. Los carabeleros obtuvieron, también, los siguientes dos títulos, consagrándose como los primeros tricampeones de la historia del balompié nacional.

La rivalidad mantuvo una intensidad decreciente hasta los 60. La larga ausencia de los albicelestes en la división de honor y el surgimiento de nuevos clásicos en el caso de los albos la mermaría en el transcurso del tiempo.

En 2017, el club magallánico se cuestionó la histórica división. “En 1904 nos convertimos en Magallanes. Ahí empezamos a ganar una serie de títulos. Era una época buena, la época de David Arellano y compañía”, rememoraban en el marco de un aniversario institucional. El remate de la reflexión alude al cisma. “Uno siempre termina preguntándose qué hubiera pasado si no se hubieran ido. Si les hubiéramos hecho caso. En fin”, planteaba, en el marco del nonagésimo segundo aniversario.

“El padre y el hijo”

Edgardo Marín, uno de los principales historiadores del fútbol chileno, reflota el recuerdo con El Deportivo. “La rivalidad nace desde la separación de los jugadores de Magallanes que dieron nacimiento a Colo Colo. Ahí lo interesante que los viejos magallánicos sostenían que se habían ido por plata, porque pedían las recaudaciones, lo que no dejaba de ser un anticipo de lo que vendría con el profesionalismo. Siempre fueron el padre y el hijo. Y siempre pasaba que el hijo le ganaba al padre”, grafica.

Sin embargo, sostiene que la rivalidad duraría poco. “Si la escisión se produce en 1925, en los 40 se empezó a diluir. Después pretendió llamársele el Clásico de la Chilenidad, lo que no tuvo mucho arraigo. A fines de los 50, el de Colo Colo contra la U pasa a ser el partido más importante”, profundiza.

Julio Salviat, coautor junto a Marín del libro De David a Chamaco, que resume esa parte de la historia de Colo Colo, coincide en que el tiempo aquietó la relación entre ambos clubes. “Hasta los 50 fue una rivalidad importante. De ahí en adelante, ya no. Inicialmente fue el clásico, pero después perdió esa rivalidad y se colaboraba. Contribuyó a eso la desaparición de Magallanes, que fue perdiendo en categoría y popularidad”, resume.

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