Bárbara Hernández es una deportista peculiar. La natación siempre ha sido su pasión, contemporánea de Kristel Köbrich, ha hecho una carrera muy diferente: primero las aguas abiertas, la unión de grandes canales. Después, las aguas gélidas.
La disciplina tiene cientos de seguidores en el mundo e incluso se disputa un campeonato mundial, con varias fechas en diferentes lugares del mundo. Todos, muy helados.
Entrar al agua, que debe estar a menos de cinco grados, y nadar, y ganar medallas para Chile es lo que hace de Hernández una heroína del deporte nacional.
¿Sufre? Claro, pero le encanta. La nadadora asegura que duele el cuerpo: las articulaciones, las manos, los pies, al punto de sentir que se queman con el roce del agua. Pero es feliz.
"Uno sale del agua y cuesta caminar. Después de distancias largas, el frío del agua es como fuego, quema y afuera, pies y manos se sienten como rotas. El dolor de las manos es terrible", cuenta tranquila.
Este año, Hernández sumó un hito a su propia carrera y a la natación en aguas gélidas en general: la chilena fue la primera en nadar en el glaciar Grey, que pertenece al Parque Nacional Torres del Paine. Estuvo en el agua durante 10 minutos, con el termómetro a 2.3 °Celsuis.
Fue su sexto glaciar nadado en Chile, y fue parte de su preparación para competir en dos etapas de la Copa del Mundo durante noviembre, en Letonia y Rusia.
La chilena sabe de medallas de oro en esas copas del mundo, pero asegura: "No me interesa ser la mejor del mundo, sino que haya mucha gente en esto y traigamos una Copa del Mundo a Chile".