Luis Núñez está desesperado. El ex delantero de Universidad Católica, entre otros clubes del fútbol nacional y extranjero, clama inocencia y llega al extremo más duro para pedir que atiendan sus razones: ayer, le comunicó a Gendamería que iniciaba una huelga de hambre seca, una medida, derechamente, pone en riesgo su vida. Encerrado en la unidad de Alta Seguridad del CCP de Rancagua, el exfutbolista aguarda por la sentencia en el proceso por su presunta participación en un homicidio ocurrido en 2018. El exdelantero niega haber estado involucrado en el hecho. “El motivo es manifestar mi molestia contra el fiscal Rodrigo Chinchón, ya que llevo más de 28 meses en una causa en la que yo soy inocente de lo que se me acusa”, sostiene en la declaración que le envió al alcaide del penal, dando cuenta de su drástica determinación.

Lucho Pato está agobiado. “Llevo 28 meses en una cárcel de máxima seguridad con régimen de 21 horas encerrado por 3 de patio. Hoy me encuentro aislado en una pieza 24 horas por amenazas y problemas por la misma causa. Todo ello me ha llevado a tomar esta decisión”, expone en la misiva, dando cuenta del drama que vive. No solo cree que puede ser enjuiciado injustamente. También teme por su seguridad.

“Una situación compleja”

Su abogado, Juan Hernández, da cuenta del complejo escenario que enfrenta el exjugador. “No he podido entrevistarme con él, aunque sé lo del comunicado. Hay una situación particular, al parecer, compleja. He solicitado la adopción de ciertas medidas. Eso se va a resolver en alguna audiencia”, explica a El Deportivo, respecto de las amenazas que Núñez está recibiendo en el interior del penal.

Luego, el jurista profundiza respecto de lo que más le inquieta: la demora en los tribunales. “Sigue desesperado por el tema procesal. Teníamos juicio algunos días, pero, por una solicitud que hizo la fiscalía, se cambió por tres fechas más. Para él, que se sabe inocente, suma presión. A eso hay que sumarle los conflictos que ha vivido. Eso provoca que esté desesperado”, sostiene.

Luis Núñez, en una audiencia en febrero de 2020. (Foto: Agenciauno)

En esa línea, la preocupación de Hernández apuntará a brindarle la mayor tranquilidad posible. “Vamos a instar porque se le garantice su seguridad personal, tanto física como síquica. Si eso implica traslado de penal, lo pediremos. Tenemos que ver cómo Gendamería cumple con eso, más allá de mantenerlo encerrado. Espero poder tener alguna solución esta misma semana, dada la gravedad de la situación”, añade.

Hasta cadena perpetua

Núñez sabe que su futuro está en juego. De ser considerado culpable, de hecho, recibiría un mazazo categórico: puede llegar a ser condenado hasta a cadena perpetua. Esa es la principal razón por la que clama porque lo escuchen e insiste en su inocencia. Para peor, los antecedentes juegan en su contra.

Después del incidente, el exfutbolista estuvo prófugo durante 480 días. Una vez hallado y recluido, su comportamiento en la cárcel tampoco le ayudó. El año pasado, un informe de Gendarmería consignó su “pésimo comportamiento” en el Centro Penitenciario de Rancagua, el recinto donde sigue encerrado por las reparaciones a las que estaba siendo sometida la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, donde había sido destinado inicialmente.

En entrevista con El Deportivo, ya había dado a conocer su estado de ánimo. “Quitarme la vida se me pasa todos los días por la mente”, declaró. “Si yo fuera culpable, te lo juro que yo no estaría hablando contigo. Cuando yo cometí un error y estuve cuatro años preso por tráfico, yo nunca salí diciendo que no había sido. Yo me puse mis pantalones y asumí mi error. Hoy tengo hijos, tengo familia, cómo voy a asumir algo que no es mío. Yo no tengo arte ni parte. Sí estaba en el lugar, pero había 10 personas más. ¿Dónde están esas 10 personas?”, ampliaba.

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