En un estadio Monumental teñido de rojo y blanco, River Plate sucumbió en un partido que comenzó favorable para los locales. Si bien el portero Lux desvió grandes remates del 10 de Boca, el juego se desarrollaba principalmente en la zona de la visita, Con Martínez como el más incisivo de los millonarios, el cuadro de Marcelo Gallardo minuto a minuto se quedaba con la posesión del partido.

Pero a los 38' ocurrió una acción que influiría en todo lo que pasaría después. Ignacio Fernández levantó la pierna hasta el punto de golpear en el pecho a Edwin Cardona. Un planchazo que dejó de inmediato a River con diez jugadores, y cuya falta propiciaría el magnífico tiro libre del mismo Cardona al palo del arquero.

El segundo comenzaba con el desnivel el números, pero también en fútbol. Pese a la diferencia, los de la banda continuaban llegando con peligro al arco de Rossi. Hasta que a los 61' la ley de compensación se haría presente. Cardona, el hasta ese momento goleador del partido, recibió roja directa por un codazo que Néstor Pitana interpretó como intencional, pero que solo representaba un roce propio del fútbol. Ocho minutos más tarde, como era de esperarse, llegaría el empate gracias a un golazo de media distancia, proveniente de los pies de Ponzio.

Por las circunstancia del partido, la ventaja que conseguiría Boca a los 74' resultó sorpresiva. Un centro de Pérez para el solitario Nández, que de volea batió a Lux. Los intentos de River resultaron inutiles. El marcador no se movió y el superclásico se lo quedó Boca