El sábado, Universidad de Chile terminó celebrando en el Santa Laura. El agónico gol de Bastián Tapia, cuando se disputaba el quinto minuto de adición, le permitió al equipo de Diego López festejar una angustiosa victoria frente a Unión La Calera. La jornada terminaba siendo feliz para el club estudiantil, pero había comenzado mal. En la antesala, un grupo de fanáticos universitarios forzó los accesos y provocó incidentes que se extendieron al interior del recinto de Independencia. Los exaltaron botaron rejas y lanzaron objetos a Carabineros, con los que ya se habían enfrentado en el exterior. La policía había utilizado el carro lanza aguas y bombas lacrimógenas para dispersarlos.

En Unión Española, el dueño del recinto, toman palco. “No somos responsables de nada. Tenemos un contrato con la U. Por la mínima cosa que ocurra, es la U la que se hace responsable. Y, hasta ahora, se ha hecho responsable. Nosotros entregamos el estadio con la llave en la mano, por así decirlo. Dejamos un par de funcionarios, por si se cortara el agua, por ejemplo, pero todo lo demás lo ve el organizador. Para todos los efectos, ese día el Santa Laura es el estadio de la U”, explica Luis Baquedano, gerente general del club hispano.

Una captura de los problemas en el ingreso a Santa Laura para el duelo entre la U y La Calera.

Problemas en los accesos

Baquedano establece que las condiciones están claras. “Mientras no arreglen, no hay otro partido, pero hasta ahora han cumplido en todo”, remarca. De hecho, el funcionario explica que en esta jornada se reunirá con Azul Azul para analizar en detalle la operación en el duelo ante los cementeros. “Vamos a tener una reunión de la U por formalidad. Viene la gente de la U para ver si tengo alguna observación que hacerles. Toman nota y lo arreglan sin ningún problemas. Hay boletas de garantías. La operación y el contrato están súper bien estructurados en ese sentido”, especifica. De hecho, para mayor abundamiento, comenta que la U utiliza sus propias vallas papales para delimitar los ingresos. “No tengo nada que decir de la operación de la U”, insiste.

El gerente hispano considera que gran parte de los problemas provienen de la lentitud en el ingreso de los espectadores. “La ticketera dejó de validar. Eso y la revisión del pase de movilidad van generando retrasos. Es un tema de accesos. Ahora, si Unión quiere terminar el contrato, hay que revisar si es factible, pero la U ha respondido en todo. No hay razón objetiva para pensar en eso”, plantea. “Antes del partido, la U puso gente para arreglar la cancha. Y si hay rayados, viene la gente de la U y pinta. Son eficientes. Lo hacen rápido. Dejan gente de noche trabajando”, vuelve a enfatizar.

En esa línea, Baquedano plantea que la revisión debe estar puesta en la organización y en los ingresos. “Los carabineros en retiro que están trabajando en los clubes o en la ANFP deberían tomar nota de esto, ver por qué está ocurriendo”, subraya.

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