Discreto. Demasiado discreto el debut de Unión Española en la Copa Sudamericana. De seguir así, poco tendrán que hacer los hispanos en el concierto internacional. Al final, un empate sin goles ante Sport Huancayo de Perú que si bien deja abierta la llave de primera fase, obliga a los de Martín Palermo a ir al estadio del elenco incaico, ubicado a 3.259 metros de altura, a buscar el acceso a la segunda fase del certamen. Eso será en marzo.
Hoy, de fútbol, poco. Muy poco para un equipo que animó hasta la última fecha el Torneo de Transición del año pasado. ¿Reflejo de la liga nacional? El tiempo y la participación del resto de los equipos chilenos en las copas de este año lo dirá.
Lo cierto es que el cuadro de Plaza Chacabuco mostró un juego mezquino, lento y a ratos abusando del pelotazo. Carente de sorpresa, si se quiere. Predecible. Sosegado. Insípido. Soso. También anodino. Lejos, muy lejos de lo que se requiere para tener aspiraciones en un torneo internacional.
Porque si bien es cierto que Huancayo tampoco inquietó, el aguantar y jugar a la contra era su libreto. Lo primero lo cumplió bien y para lo segundo le faltó. Al final, en los primeros 45', una sola llegada con mediano riesgo. Y fue para la visita. El resto del tiempo, para los bostezos.
Se demoró Palermo, evidentemente molesto con sus jugadores durante casi toda la noche, en darse cuenta que el partido requería una reacción desde la banca. Recién a los 15' del complemento el Titán mandó a la cancha a Sebastián Jaime, para intentar darle velocidad a su equipo y abrir el hasta ahí siempre centralizado juego de los de Independencia. La modificación, sin embargo, poco sirvió.
Y es que la responsabilidad, por plantel, localía e historia, era de Unión. Su rival tiene apenas 11 años de vida y recién cumple su sexta aparición en torneos de la Conmebol, con desastrosas presentaciones previas, como en 2010, cuando se fue eliminado en primera fase en la misma copa por un global de 9-2, o al año siguiente, que quedó en el camino en la misma ronda por un 7-1 en contra tras los juegos de ida y vuelta.
Encima, en su afán de cambiar la cara a su elenco, Palermo introdujo dos nuevos cambios a 20' del final (Pablo Galdames e Israel Poblete), pero equivocó en uno de los que salieron: Pablo Aránguiz. El que se veía más claro de los rojos, dejó la cancha. Adentro se quedó Ramiro Carrera, pedido por el DT para este semestre y de errática presencia en Santa Laura.
Al final, un partido que terminó como empezó y que sólo acrecienta las dudas y el discreto andar de los equipos chilenos en la arena internacional.