Su camiseta viajó a la eternidad. Tal como lo hizo don Leonel Sánchez el pasado dos de abril, dejando una huella imborrable en la Universidad de Chile.
Por lo mismo, la escuadra laica aprovechó su pirmer duelo de local -tras la partida de su ídolo- para tributar a uno de los jugadores más grandes que ha pasado por nuestro fútbol. ¿Cómo lo hizo? La concesionaria que administra los destinos del Romántico Viajero, invitó a la familia de don Leonel al estadio Santa Laura y puso la tricota que usaba el icónico ariete en una cuerda llena de globos azules y rojos.
Entonces, fue su compañera de toda la vida -Gloria Encina- la que mostró la prenda a las y los presentes en el recinto de Independencia y luego la dejó que volara a las manos de su marido.
Demás está decir que la emoción se apoderó del coloso hispano y más de alguno volvió a llorar, cuando la hinchada del León mostró un lienzo gigante con don Leonel abrazado a su gran compañero, el Tanque Campos, con quien se aburrió de marcar goles en la época del Ballet Azul.
Lamentablemente, el vértigo del duelo que comenzó después -ante Palestino- impidió que el balón se detuviera en el minuto once -donde aparecería una imagen del homenajeado en la pantalla del tablero marcador- para seguir tributando al hombre que transformó a la escuadra estudiantil en uno de los equipos más grandes de Chile.