B. Cortés: tuvo un tapadón impresionante, a los 18′, al sacar un cabezazo de gol a Rondón. En el segundo gol pudo hacer más con el achique.
F. Loyola: el debutante protagonizó un duelo con Soteldo por su sector, que terminó perdiendo. Se perdió dos goles claros y defensivamente sufrió por los espacios que dejó atrás. De más a menos.
G. Medel: sufrió con la potencia de Rondón y en varias ocasiones se vio bastante complicado con los ataques venezolanos. Soteldo se lo llevó en velocidad en la jugada del segundo gol. Olvidable partido del Pitbull.
P. Díaz: sólido en los cruces, rápido en las coberturas durante casi todo el primer tiempo. Sin embargo, un grosero error suyo en la salida terminó en la apertura de la cuenta para Venezuela. Luego, falló en el tercer gol.
G. Suazo: en el primer tiempo tuvo poca proyección, pero en el segundo se vio obligado a subir. Sin embargo, no marcó diferencias en ninguna de las dos facetas del juego.
C. Aránguiz: tuvo el primero en el comienzo del partido. Aportó equilibrio y experiencia, pero no fue suficiente. Salió en el entretiempo.
R. Echeverría: mostró despliegue y entrega en el medio, pero igualmente no alcanzó y también fue reemplazado.
V. Méndez: irregular, se atrevió rematando de distancia, perdió algunos balones en mitad de cancha. En el segundo tiempo ganó metros hacia arriba, pero sin mucho efecto.
D. Valdés: no alcanzó a tener mucho protagonismo, cuando una lesión lo sacó del partido a los 22′.
A. Sánchez: rápido y movedizo en el comienzo, intentó armar y se atrevió rematando de distancia, pero fue neutralizado en el segundo tiempo.
B. Brereton: solidario como de costumbre, pero lejos del arco, y a un delantero lo nutre el gol. Igualmente fue parte de combinaciones de peligro.
D. Osorio: intentó ser protagonista, pero su producción fue pobre. Fue reemplazado tras el 3-0.
M. Núñez: entró para ser un alternativa de mitad de cancha hacia adelante. No gravitó y fue expulsado por una absurda protesta.
V. Dávila: poco y nada pudo hacer.
A. Aravena: muy poco tiempo para cambiar el destino.
W. Alarcón: entró para afirmar la mitady no estirar el bochorno.