Van Dijk se consagró como el mejor: el uno a uno de la definición
El Liverpool se consagró como el nuevo rey de Europa. El central fue el más destacado de la cancha. Así jugaron los protagonistas.
Sissoko: Cometió la mano estúpida que estrenó el marcador. Y protagonizó en exceso las transiciones de su equipo. Bien en lo táctico, pero incapaz de hacer daño. El protagonista para mal de la final.
Salah: Puso el apellido al título con el zurdazo centrado del penal. Pero no tuvo una noche estelar. Corrió por la derecha, desenfundó su zurda, pero perdió más de lo que ganó. Más presencia que virtud.
Mané: Provocó la mano que desató el 1-0. Jugó excesivamente sobrado, como silbando, pero sus movimientos fueron un dolor de muelas para el Tottenham. Rápido con sentido.
Son: Juega raro, distinto. Tiene atrevimiento, regate, pero un punto de locura que lo vuelve inexplicable para sus propios compañeros. Lo intenta siempre, eso sí. Con regates y tiros, hizo vivir al Tottenham al borde del casi.
Fabinho: Exquisito en el juego al primer toque. Gobernó el centro del campo. Más pendiente del quite que de la creación. No se complica la vida. Le da salida fácil a la pelota.
Eriksen: Demasiado vigilado. La pelota se iluminaba cuando pasaba por sus zapatos, pero ocurrió muy poco. Insuficiente para un jugador capital.
Henderson: Imperial en el medio. El jefe. Tampoco muy dotado en lo técnico, pero sí en el equilibrio y la recuperación. Se comió al rival.
Harry Kane: Anulado por las torres del Liverpool. No estuvo. Decepcionante. El jugador del que más se espera, fracasó.
Van Dijk: Intimidante y seguro. Manda, grita y se coloca. Impasable por arriba. Un seguro constante. Buen entendimiento con Matip. El hombre del partido.
Alderweireld: Seguro por arriba. Bien auxiliado por su lateral. Sujetó a Firmino. Mandó en sus zona, pero
Alexander-Arnold: Activo en ataque, para rematar y sacar de esquina, y también en defensa, para socorrer un mano a mano con Son. Interesante
Dele Alli: Sus apariciones, contadas, provocaban algo distinto en el Tottenham. Un primer paso.
Alisson: No tuvo mucho trabajo hasta el final. No regaló nada. Todo un cambio en el arco con respecto a lo que vivió el Liverpool en su última final. Sobre el final, se anotó con una parada memorable a Lucas Moura.
Rose: Gran lateral. Presto para cerrar los balones cruzados del Liverpool y atrevido en ataque. Se lució con un túnel a Henderson.
Robertson: Sufrió en su banda. Aunque también supo subirla y provocar por allí casi la única ocasión de su equipo en la primera mitad.
Origi: El héroe de la remontada ante el Barcelona suplió en la segunda parte a un discreto Firmino. Y apareció para poner el broche final al triunfo con un zurdazo impecable. El red de la suerte.
Lucas Moura: Rozó la hazaña. El hombre que tumbó al Ajax salió en la última media hora y generó peligro con sus apariciones en el área.
Jurgen Klopp: No fue un ejercicio característico el suyo, de fútbol al límite y vertical. Dejó más bien inteligencia y pragmatismo para gobernar la final desde el manejo.
Pochettino: Le dio vueltas a la alineación, pero no consiguió encontrarle una salida al partido para resucitar. Perdió el combate táctico.
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